AGENCIAS

La reciente acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos contra el congresista demócrata por Texas, Henry Cuellar, ha revelado la presunta participación de un alto funcionario de Banco Azteca en un esquema de sobornos. Según la acusación, en 2015, este funcionario habría acordado entregarle 236 mil dólares a Cuellar a cambio de favores políticos.

Aunque los nombres específicos del banco y del directivo no figuran en el documento oficial, diversos indicios apuntan a Banco Azteca y a Luis Niño de Rivera, exdirectivo de la institución, según informa Reuters y otros periodistas como Julio Astillero.

La acusación, detallada en un documento de 54 páginas, señala que los sobornos fueron lavados a través de contratos de consultoría falsos en empresas ficticias propiedad de Imelda Cuellar, esposa del congresista, entre diciembre de 2014 y noviembre de 2021. A cambio de estos pagos, Cuellar habría intentado influir en la política exterior de Estados Unidos en favor de Azerbaiyán para beneficiar los intereses del banco mexicano, particularmente en relación con regulaciones antilavado de dinero y préstamos de día de pago.

La noticia ha sacudido el panorama político, ya que Cuellar y su esposa fueron detenidos tras ser acusados de asociación delictuosa y de recibir sobornos. Cuellar ha negado las acusaciones.

Además del caso contra Cuellar, la acusación también involucra a exfuncionarios mexicanos, identificados como «Funcionario Mexicano-1», quien habría sido legislador en Nuevo León y actuado como intermediario en los sobornos del Banco Extranjero al congresista.

Estas revelaciones plantean serias implicaciones tanto para el político estadounidense como para los actores mexicanos involucrados, así como para la reputación y legalidad de Banco Azteca.