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Salud Por Raul Gutiérrez

¡Despídete del dolor!

¿Te ha pasado que vas caminando y de repende un “tirón” no te deja continuar? A mí sí, y la verdad es que todos estamos expuestos al inesperado dolor de un calambre. En cualquier momento, incluso en el más cómodo, puede sorprendernos una contracción muscular; ese dolor que seguramente muchos lo han experimentado, aparece cuando una parte del cuerpo se tensiona y no logra relajarse.

Los calambres son involuntarios, es decir que no les importa la hora del día, el clima o la actividad que estemos realizando; pueden durar algunos minutos y se presenten en las piernas, pies, manos, brazos, abdomen, cuello, hombros o caja torácica.

Casi siempre los calambres atacan al individuo durante la noche, en especial cuando éste se encuentra en las primeras etapas de sueño; pero como ya se había mencionado, en cualquier instante pueden ocurrir, incluso durante la ducha o en el gimnasio.

¿Por qué se producen?

Muchos expertos aseguran que este padecimiento es muy común en las personas, pero ¡ojo!, un calambre muscular es el resultado de deshidratación, de falta de minerales o de un esfuerzo prolongado en nuestro cuerpo.

Sus síntomas son dos: el primero se trata de un dolor en el área afectada y el segundo de una sensación de “tirón” que posteriormente se convierte en hormigueo. Las causas por las cuales una persona puede sufrir una contracción muscular varían, así no quites el ojo del renglón porque aquí te decimos las más importantes:

1. Falta de irrigación sanguínea por la insufiencia de oxígeno.
2. Esfuerzos prolongados o acumulación de ácido láctico (frecuente en deportistas).
3. Movimientos bruscos, repentinos o fuertes con los músculos durante el frío o en el embarazo.
4. Alcoholismo, sobrepeso e insuficiencia renal.
5. Postura inadecuada al dormir.
6. Poco movimiento en los músculos.
¿Tienen solución?

Afortunadamente sí, los calambres son contracciones involuntarias que surgen por diferentes motivos. Lo bueno es que existen remedios o técnicas para que éstos no modifiquen tu vida cotidiana, y sobre todo, no te duelan.

En el momento en que se esté sufriendo el calambre, lo ideal es estirar un poco el área afectada para aliviar y relajar el músculo acalambrado. No olvides que la fisioterapia, los masajes o dormir sin almohadas también son algunas alternativas para evitarlos.

No dudes en realizar actividad física media hora al día para que la sangre pueda oxigenar los músculos y tejidos, pero ¡cuidado!, no dejes a un lado los ejercicios de estiramiento. Al finalizar, eleva tus piernas en un cojín a la altura de los talones para que la circulación sanguínea se normalice.

Pero lo más importante es la alimentación, así que incluye en tu dieta comida rica en calcio como naranjas, almendras, vegetales de hoja verde o lácteos, y también alimentos que aporten magnesio como nueces, cereales integrales o cacao.

Los expertos recomiendan comer un plátano diario y al igual que beber dos litros de agua, sin embargo, también sugieren buscar asistencia médica en caso de que se presente un dolor intenso e incontrolable.

Remedios Caseros

Si deseas calmar el dolor de un calambre “al natural”, mezcla en una taza de agua caliente una cucharada de miel, una de vinagre de manzana y tómatelo, y así el calcio se esparcirá de manera equilibrada en todo el cuerpo.

Otras recomendaciones

1. Llevar ropa holgada.

2. Tomar un baño de agua tibia antes de dormir.

3. Practicar diversas técnicas de relajación.

4. Realizar ejercicios que fortalezcan los tobillos.

5. Envolver la zona afectada con una banda elástica.

¡Despídete del dolor!