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Salud Por Raul Gutiérrez

Resonancia magnética el cuerpo visto en cortes finos

El resonador magnético permite hacer estudios de resonancia magnética a través de un examen imagenológico, es decir que por medio de él se pueden ver cortes de órganos o estructuras del cuerpo con mucha precisión, lo que permite al médico establecer un diagnóstico más certero.

Este utiliza imanes y ondas de radio potentes para crear un campo magnético que permite proyectar imágenes muy precisas de segmentos del cuerpo. En este estudio no se emplean radiaciones como en la tomografía axial computarizada o rayos X como en las radiografías.

Las imágenes que se ven con la resonancia magnética (RM) se conocen como cortes y se pueden almacenar en una computadora o imprimir en una película para que el médico las interprete. Un examen produce docenas o algunas veces cientos de imágenes.

El aparato está conformado por un gran imán con forma de anillo que tiene un túnel en el centro, y una camilla que se desliza hacia el interior. Hay otras en que las máquinas de resonancia son abiertas, es decir que tienen aberturas más grandes y son muy útiles para los pacientes que sufren de claustrofobia, es decir temor a estar encerrados.

Durante el examen, las ondas de radio manipulan la posición magnética de los átomos del organismo, lo cual es detectado por una gran antena y es enviado a una computadora, que cuenta con un programa para realizar millones de cálculos que crean imágenes claras y en blanco y negro de cortes transversales del organismo o que pueden convertirse en fotos tridimensionales (3D) de la zona estudiada. Esto ayuda a detectar cambios, tumores o diferentes problemas en el organismo.

Las resonancias magnéticas se recomiendan para revisar bien el: abdomen, cuello, tórax, cráneo, corazón, columna vertebral, y zona pélvica, entre otras partes y sirve para detectar una variedad de afecciones, como problemas cerebrales, de la médula espinal, el esqueleto, el tórax, los pulmones, el abdomen, la pelvis, las muñecas, las manos, los tobillos y los pies y otros órganos proporcionando  imágenes claras de partes del cuerpo que no se pueden ver con tanta claridad con las radiografías, las tomografías computadas o las ecografías. También se puede ver el comportamiento del flujo sanguíneo a diferentes órganos, como el cerebro. Esto hace que sea una herramienta sumamente valiosa para diagnosticar problemas diversos.

Otra ventaja de la resonancia magnética es que permite  resaltar los contrastes en los tejidos blandos hace que resulte muy útil para detectar problemas en las articulaciones, los cartílagos, los ligamentos y los tendones. También se puede utilizar para identificar infecciones y afecciones inflamatorias, o para descartar problemas como tumores.

Para realizar el estudio, primero se tiene que inyectar en la vena una solución salina que pasará al cuerpo poco a poco para prevenir la coagulación hasta que el material de contraste sea inyectado lo que se hará en algún momento durante el estudio.

Lo más importante es que la persona esté quieta y relajada, la mayoría de lo exámenes se realizan entre 15 y 45 minutos, aunque dependiendo de la zona estudiar puede durar un poco más.

El contraste se administra a través de una vena en la mano o el antebrazo usando la misma inyección del suero. Este medio de contraste llamado «gadolinio» que no contiene yodo y, por lo tanto, rara vez produce reacciones alérgicas u otros problemas. Este contraste ayuda al radiólogo y al médico tratante a observar ciertas zonas más claramente, (es necesario que el médico sepa a qué se es alérgico, para determinar el tipo de sustancia a inyectar y evitar algún problema durante el estudio). Al recibir el contraste se puede sentir calor, esto es totalmente normal y no debe causar angustia. Sin embargo si hay mareos, náuseas, dolor de cabeza, enrojecimiento en el área de la inyección u otros malestares debe manifestarlos de inmediato.

Si se tiene un historial de enfermedad en los riñones, fallo renal, transplante renal, enfermedad del hígado, u otras condiciones, debe ser informado al radiólogo antes de recibir gadolinio.

Deberá colocarse previo al estudio una bata de hospital y revisar que su ropa no lleve nada de metal que puedan interferir con el estudio provocando imágenes borrosas, calentamiento del material o hasta que éste se mueva un poquito de su lugar. Es importante resaltar que si tiene alguna prótesis de metal en cadera, piernas, brazos o boca, quizá no pueda realizarse el estudio. Antes de realizar el estudio el radiólogo hará algunas preguntas sobre el estado de salud y solicitará una firma de consentimiento para realizar el estudio, misma que debe estar firmada también por el acompañante, ya que no se debe ir sin compañía a este estudio.

La importancia de decir si se cuenta con algún metal en el cuerpo, es que el poderoso campo magnético de la resonancia atrae los objetos que contienen hierro y sus aleaciones con cobalto, tungsteno, níquel, aluminio y otros metales llamados ferromagnéticos y puede moverlos de forma repentina y con gran fuerza.

Esto puede ser muy peligroso para el paciente o cualquier persona que se encuentre en la trayectoria del objeto por lo que para hacer este estudio no se pueden llevar tanques de oxígeno, aparatos auditivos, marcapasos, relojes, alhajas y prendas de vestir con hilo o ganchos de metal. Además, se debe acudir sin maquillaje. Es muy importante que se comente sobre cualquier dispositivo médico que se tenga, para que el radiólogo decida si hace el estudio o no y se eviten riesgos.

Una vez colocado el líquido de contraste, la persona se acostará sobre una mesa angosta, la cual se desliza dentro de un tubo grande similar a un túnel. Se pueden colocar pequeños dispositivos, llamados espirales, alrededor de la cabeza, el brazo o la pierna o alrededor de otras zonas que se vayan a estudiar. Estos ayudan a enviar y recibir las ondas de radio y mejoran la calidad de las imágenes.

A veces, el aparato puede hacer ruidos fuertes como de martilleo, golpeteo u otros tipos de ruidos, durante el procedimiento. No obstante, el uso de tapones para los oídos previene los problemas que podrían estar asociados con este ruido y durante el procedimiento la persona puede comunicarse con el radiólogo en todo momento a través de un intercomunicador.

Durante la resonancia magnética, la persona que opera la máquina lo vigilará desde otro cuarto. El examen no produce dolor, y los campos magnéticos no producen ningún daño conocido a los tejidos.

Entre los objetos que podrían interferir con la calidad de la imagen si se encuentran cerca del área examinada están:

  • Barra vertebral de metal o placas, pines, tornillos o malla de metal usados para reparar un hueso o una articulación, así como prótesis articulares
  • Joyas metálicas como las usadas en perforaciones del cuerpo. Piecings
  • Algunos tatuajes y delineador de ojos permanente (afectan las imágenes, y existe la posibilidad de irritación o inflamación de la piel; los pigmentos negros y azules son los más problemáticos). Maquillaje pintura de uñas, u otro cosmético que contenga metal
  • Balas, metralla y otros tipos de fragmentos metálicos
  • Cuerpo extraño de metal en el ojo o cerca del ojo (estos objetos por lo general son visibles en las radiografías; las personas que han trabajado con metal son las que más probabilidades tienen de tener este problema)
  • Prótesis dentales (en general no son afectados por el campo magnético, pero pueden distorsionar las imágenes de la cara o el cerebro; lo mismo ocurre con los aparatos y retenedores de ortodoncia)
  • Cualquier dispositivo como marcapasos, u otros deben reportarse al radiólogo.

Para llegar al examen se deberá evitar comer o beber nada durante un período de 4 a 6 horas antes del examen. Si se sufre de claustrofobia debe avisar para que si es necesario se le pueda administrar un calmante. El movimiento excesivo puede ocasionar errores e imágenes borrosas en la resonancia.

Después de una resonancia magnética, se reanudan las actividades normales.

Resonancia magnética el cuerpo visto en cortes finos