El vínculo entre un humano y su mascota puede ser tan íntimo como si se tratara de dos personas, no hay otra forma de construir la relación que pasando tiempo juntos, y el ejercicio puede llegar a ser la forma ideal de cumplir ese y otros objetivos.

Más allá de los datos científicos, es un hecho que estar en compañía mientras uno se ejercita genera una mayor confianza con el otro y motivación en general, cualquier caminata o trote puede convertirse en un rato agradable e incluso en algo digno de recordar.

No obstante, si de verdad se tiene la intención de realizar ejercicios acompañados de alguna mascota, se deben de considerar algunas cuestiones básicas.

Busca la actividad idóneaEn primer lugar, no todas las mascotas tendrán la disponibilidad y características para ser acompañantes del deporte, la actividad física de los gatos, por ejemplo, se limitará a perseguir juguetes y practicar rutinas de caza simbólica, tratar de correr será más que complicado. Por el contrario, perros de razas medianas y grandes podrán ser llevados a un trote regular sin complicación alguna.

Por su antecedente evolutivo, los perros son animales sensibles a sentirse en una manada o familia, al percibir órdenes, direcciones y emociones, los canes entienden su relación con el humano, en la mayoría de los casos asumirán un rol de compañía-protección incondicional, cuando se les invita a dar paseos o juegos diversos afirman su papel.

El ejercicio entonces será una oportunidad ideal para mejorar la relación social con la mascota, en el plano veterinario se aconseja principalmente realizar paseos regulares en los alrededores de la vivienda, de ese modo el perro sabrá sus territorios y será más difícil que pueda extraviarse en caso de que salga de casa. La cantidad e intensidad de ejercicio que puede soportar un perro es relativa, aunque en la mayoría de los casos es comparable con la de un adulto promedio, es decir, dependerá de la condición misma del animal y de su dueño.

Cuida su saludAntes de comenzar a programar sesiones de ejercicio con el perro, es importante verificar si no cuenta con algún daño cardíaco, si ha desarrollado o nació con alguna limitación física y si las condiciones climáticas son las adecuadas para que se lleve a cabo la actividad, al igual que las personas, los perros sienten el calor, el frío y son susceptibles a las bacterias y humedad. Será clave seguir la máxima de la lógica y evitar presionar a la mascota en cualquier sentido.

En todos los casos es recomendable utilizar una correa, si se trata de los primeros paseos se pueden utilizar collares de entrenamiento (siempre y cuando se cuente con asesoría de un profesional) y se deben de limitar los recorridos a lugares cercanos. Conforme avance el entendimiento entre el amo y el perro, se podrán tomar nuevas rutas e incluso incrementar el ritmo del ejercicio.

“Hay que entender que son seres y no objetos, habrá que dedicarles tiempo y atención de forma adecuada, no se les puede demandar tanto o abandonarlos en otro extremo… tenemos que tomar en cuenta el tipo de perro que tenemos y su estilo de vida, incluso el estado mental va a ser una determinante, definitivamente no podemos traer paseando a un animal agresivo o con nerviosismo”, explica el Médico Veterinario Manuel Ríos.

El especialista indica que además de correr deben de tomarse en cuenta otros ejercicios, romper la monotonía de los recorridos a trote con juegos de pelota, lanzamientos de discos y juguetes; inclusive la natación pueden ser útil para mejorar la salud física, social y hasta mental de las mascotas y de los mismos seres humanos involucrados.

Un consumo adecuado de la energía de la mascota nos garantizará una digestión y ciclos de sueño regulares, lo mantendrá alerta a las horas en las que espera su ciclo de ejercicios y su sistema inmunológico se verá fortalecido ante eventuales enfermedades.

“Es como todo, se empieza de a poco y luego se sigue hasta donde la misma mascota y la condición lo permita, en esto casi no hay contra indicaciones, solamente que se le tenga cerca con su correa y que se evite pasar por lugares peligrosos”, afirma Ríos.