No seas un número más, previene el cáncer de mama
El cáncer de mama cobra una vida cada minuto en el mundo. Es una enfermedad crónica que comienza en los tejidos mamarios por una proliferación maligna de las células epiteliales que revisten los conductos o lobulillos mamarios. Es una enfermedad clonal; donde una célula individual producto de una serie de mutaciones somáticas o de línea germinal adquiere la capacidad de dividirse sin control ni orden, haciendo que se reproduzca hasta formar un tumor.
El tumor resultante, que comienza como anomalía leve, pasa a ser grave, invade tejidos vecinos y, finalmente, se propaga a otras partes del cuerpo.
Existen 2 tipos principales de cáncer de mama:
- El carcinoma ductal que comienza en los conductos que llevan leche desde la mama hasta el pezón. La mayoría de los cánceres de mama son de este tipo.
- El carcinoma lobulillar comienza en partes de las mamas, llamadas lobulillos, que producen leche.
En raras ocasiones, el cáncer de mama puede comenzar en otras zonas de la mama.
El cáncer de mama es la segunda neoplasia más frecuente en la población y la más frecuente entre las mujeres con un estimado de 1.67 millones de nuevos casos diagnosticados anualmente, representando el 25% de los casos de cáncer en mujeres. (INEGI 2015).
Los principales factores de riesgo es decir aquellos presentes en la vida de cada persona que incrementan la probabilidad de desarrollarlo incluyen una edad avanzada, presencia de la primera menstruación a temprana edad, edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber dado a luz o no haber amantado, antecedentes familiares de cáncer de mama cuando la madre o una hermana lo han padecido, el consumir hormonas como estrógeno y progesterona, el consumo inmoderado de bebidas alcohólicas, fumar y ser de raza blanca. Algunos se pueden evitar y otros no son controlables, pero el estilo de vida interviene mucho en el desarrollo de enfermedades.
A medida que el cáncer crece, los síntomas pueden incluir: Tumor mamario o en la axila, que se presenta con bordes irregulares y por lo general no duele. El cambio de tamaño, forma o textura de las mamas o el pezón que se manifiesta por enrojecimiento, tejido como “sumido” o fruncimiento que luce como cáscara de naranja. Otra señal puede ser la aparición de líquido del pezón, que puede ser sanguinolento, de claro a amarillento o verdoso, y lucir como pus.
En los hombres, también afecta el cáncer de mama y los síntomas de cáncer de mama incluyen tumoración mamaria, así como dolor y sensibilidad en las mamas, por lo que también deben hacerse exploración mamaria con frecuencia..
Cuando el cáncer de mama avanza puede presentarse: Dolor en los huesos y en las mamas, úlceras en la piel, hinchazón de los ganglios linfáticos en la axila y pérdida de peso.
Se recomienda a las mujeres que se realicen el autoexamen de mamas todos los meses y en revisión médica que debe ser anual, se hará un examen físico el cual incluye ambas mamas, las axilas y la zona del cuello y del tórax.
El médico puede recomendar una mamografía o mastografía, que consiste en una exploración diagnóstica de imagen por rayos X de la glándula mamaria, mediante aparatos denominados mamógrafos. Si bien esta puede en ocasiones resultar un poco molesta por la presión que debe hacerse en las mamas. Nunca será igual a padecer un cáncer de mama, por no realizarla a tiempo.
A través de un estudio publicado por la Sociedad Americana del Cáncer, quien lleva años investigando la utilidad de la mastografía se recomendó a las mujeres que presentan síntomas de riesgo de cáncer de mama, deben comenzar la revisión de los 45 a los 54 años, una vez al año. Anteriormente los expertos recomendaban hacerse una mastografía a partir de los 40.
Otros estudios pueden ser resonancia magnética, ecografía, tomografía o biopsia de ganglios linfáticos. Esto debe ser controlado por el médico de cada persona, ya que si se requiere, se debe hacer antes mastogragía antes de los 40 años.
