AGENCIAS
El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha intensificado su enfoque restrictivo hacia la inmigración, incluyendo acciones contra quienes apoyan a los migrantes que ingresan ilegalmente al estado. En un contexto donde Estados Unidos se ha convertido en un destino clave para muchos extranjeros en busca de mejores oportunidades, las políticas en la frontera han tomado un giro más severo.
La frontera entre México y Texas es una de las rutas más transitadas por migrantes, lo que ha llevado a la existencia de diversas organizaciones sin fines de lucro que proporcionan alimentos, ropa y refugio a quienes cruzan en busca de una nueva vida. Sin embargo, estas iniciativas de ayuda están siendo atacadas por el gobierno de Abbott, que busca cerrar estos albergues, principalmente de carácter católico.
El fiscal general, Ken Paxton, ha expresado su intención de perseguir estas organizaciones, que han atendido a más de 500,000 migrantes, muchos de los cuales huyen de la violencia o buscan trabajo en EE. UU. Aunque Paxton intentó clausurar la Casa de la Anunciación en El Paso, un juez desestimó su solicitud en una audiencia reciente, permitiendo que el albergue continúe sus operaciones.
Estas medidas de apoyo a migrantes son cada vez más cuestionadas en un clima político que busca frenar la inmigración sin documentos, lo que ha generado preocupación entre defensores de derechos humanos y organizaciones que brindan asistencia en la frontera.
