AGENCIAS
La mayoría republicana en Texas aprobó este miércoles un nuevo mapa electoral diseñado para ampliar la ventaja del partido en la Cámara de Representantes, reforzando el posicionamiento de Donald Trump de cara a las elecciones de 2026. La votación en la cámara baja estatal terminó 88 a 52, aun cuando el rediseño ha generado acusaciones de manipulación partidista y debilitamiento del voto de minorías como latinos y afroamericanos.
El gobernador Greg Abbott, junto con Trump, impulsó esta medida que reconfigura distritos clave en ciudades como Austin, Dallas y Houston, buscando aumentar en cinco escaños la representación republicana sin sacrificar los actuales 25 distritos controlados. Aunque el proceso suele realizarse tras el censo decenal, Texas ha optado por una redistribución intermedia, apelando a un fallo del Tribunal Constitucional que permite mapas partidistas.
Los legisladores demócratas intentaron boicotear la votación y denunciaron la medida como racista y anticonstitucional. Destacaron que se eliminan distritos representados por congresistas negros y se reduce el poder electoral de minorías, en posible violación de la Ley de Derecho al Voto.
En reacción inmediata, California anunció que aprobará un rediseño similar para neutralizar el impacto de Texas, buscando aumentar su delegación demócrata en Washington. El gobernador Gavin Newsom expresó en redes sociales: “It’s on, Texas” (“Se activó, Texas”), prometiendo combatir la maniobra con una estrategia opuesta.
La pugna por el control político a través del gerrymandering —la manipulación de los distritos electorales— abre un nuevo capítulo en la polarización estadounidense, con ambos estados clave adoptando medidas para favorecer sus intereses partidistas en el Congreso.


