Fragilidad del Golfo de México ante derrames petroleros

Nacional

AGENCIAS

El Golfo de México, reconocido por ser uno de los ecosistemas más ricos en biodiversidad del planeta, alberga alrededor de 15 mil especies marinas y cinco de las siete especies de tortugas marinas existentes. Además, es refugio para grandes animales migratorios como el cachalote y el tiburón ballena, y en sus profundidades habitan microorganismos esenciales para la producción global de oxígeno y captura de carbono, como los “Prochlorococcus”. Según académicos de la Universidad Autónoma de Baja California, la destrucción de estos ecosistemas profundos no solo implica una pérdida de biodiversidad, sino también de funciones vitales para enfrentar la crisis climática.

En el Foro “El Golfo de México hacia una visión socioambiental”, organizado por Oceana y la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), científicos y miembros de comunidades afectadas presentaron evidencias que revelan la extrema vulnerabilidad del mar profundo, especialmente frente a la actividad petrolera que pone en riesgo ecosistemas únicos y la seguridad alimentaria de millones, contradiciendo además los compromisos climáticos del país.

La doctora Elva Escobar, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, señaló que apenas se ha explorado el 0.001% de las profundidades del Golfo, resaltando que dichos ecosistemas tardarían desde cientos hasta millones de años en recuperarse tras impactos extractivos. Leopolina Aguirre, de Cinvestav Mérida, advirtió sobre la alta susceptibilidad a derrames petroleros, cuyas consecuencias ambientales, sociales y económicas pueden extenderse a grandes distancias, recordando el desastre de Deepwater Horizon en 2010 como ejemplo del daño devastador y permanente que puede ocasionar.

Desde la perspectiva del sector petrolero, el doctor Luca Ferrari explicó que la extracción de hidrocarburos en México presenta un declive y mayores costos, disminuyendo los recursos para mitigar impactos ambientales. Manuel Llano, director de CartoCrítica, reveló la existencia de más de 700 estudios de exploración hidrocarburífera desde 2014, especialmente en el Golfo, cuyos resultados permanecen confidenciales para el mercado energético, impidiendo conocer su impacto exacto, aunque se sabe que estas áreas coinciden con territorios comunitarios y sitios de alto valor ambiental.

Los expertos coinciden en que el Golfo representa una oportunidad para replantear el modelo energético mexicano, buscando un equilibrio que no comprometa el bienestar de millones que dependen directamente de la conservación de estos ecosistemas, como destacó la bióloga Gloria Tavera sobre la necesidad de reactivar el diálogo entre comunidades, academia y gobierno.

Mariana Reyna, coordinadora de Ciencia de Oceana, señaló que más de 90 mil personas que subsisten de la pesca ribereña en las costas enfrentan riesgos debido a la contaminación por derrames, la destrucción de hábitats y el desplazamiento forzado para buscar nuevas zonas de pesca. Cristina Pacheco y Guadalupe Cobos, habitantes de El Bosque, Tabasco, relataron cómo el aumento del nivel del mar asociado al cambio climático obligó a su comunidad a reubicarse, y criticaron la continuidad de la extracción petrolera que agrava esta crisis.

La doctora Margarita Caso, de Semanart, enfatizó la importancia de estos espacios para un diálogo efectivo entre científicos, comunidades y autoridades. Renata Terrazas, directora de Oceana México, confió en que el actual gobierno encabezado por Claudia Sheinbaum, quien es científica, impulse acciones concretas para cambiar el rumbo frente a la crisis climática, y subrayó que apostar por la extracción petrolera en un territorio aún desconocido científicamente pone en riesgo la supervivencia del Golfo de México.

Este ecosistema alberga 30 especies de mamíferos marinos, 1,500 especies endémicas, y funciones críticas para la captura de carbono a través de manglares, praderas marinas y procesos oceánicos. Sin embargo, décadas de actividad petrolera han provocado contaminación crónica, daños a hábitats esenciales como arrecifes y manglares, amenazando la salud y continuidad de este valioso espacio natural.