AGENCIAS
La eliminación del Texas Dream Act ha dejado a más de 57,000 estudiantes indocumentados en Texas enfrentando matrículas universitarias inalcanzables y un futuro académico incierto. Esta ley, vigente desde 2001, permitía a jóvenes sin papeles pagar tarifas estatales reducidas en las universidades, siempre que hubieran cursado al menos tres años en el estado y se comprometieran a buscar la residencia legal.
Entre ellos, José Luis (nombre cambiado por seguridad), quien lleva 16 años viviendo en Texas, vio interrumpidos sus estudios en Computación cuando la ley fue anulada en junio pasado por un juez federal que la declaró inconstitucional. Ahora, enfrenta costos hasta cuatro veces mayores, sin las becas y apoyos que antes recibía, situación que también afecta a estudiantes como Regina, próxima a graduarse en Psicología, quien solo pudo continuar gracias a ayudas internas.
Expertos y organizaciones como la ACLU critican la implementación apresurada y desorganizada del fallo, que ha generado incertidumbre tanto en estudiantes como en universidades. En 2021, los beneficiarios del Texas Dream Act aportaron más de 81 millones de dólares en matrículas, y su derogación podría causar pérdidas económicas millonarias al estado.
Mientras José Luis y Regina buscan alternativas para seguir estudiando, muchos jóvenes indocumentados se encuentran en un limbo legal y financiero que pone en riesgo sus sueños educativos y su permanencia en Estados Unidos.

