«Sin los dientes no se podría mostrar el horror ni la alegría. Tanto la crueldad como la sonrisa está en los dientes”, comenta Margo Glantz (Ciudad de México, 1930) a propósito de su nuevo libro Por breve herida, escrito durante 15 años y en donde la escritora mexicana recupera personajes de la literatura como Drácula, a pintores como Francis Bacon o Picasso y autores como Edgar Allan Poe o Anton Chéjov, a quienes —al igual que ella— les ha interesado escribir sobre los dientes como una metáfora de la ambivalencia y supervivencia.
Margo Glantz platica que la mayoría de los episodios que cuenta en su novela se relacionan con la espera que tuvo que hacer mientras ingresaba al consultorio de su dentista o mientras estaba formada en interminables filas del Instituto Nacional de Nutrición.
“Es un libro sobre los dientes y está relacionado con mis visitas al dentista. Me interesan en todos los niveles los dientes porque son fundamentales en nuestra anatomía, son base de nuestro sustento, sin ellos nos podríamos sobrevivir a menos que tomáramos papillas o líquidos. Los dientes también son una cosmética, tienen un elemento estético, entonces el carecer de dientes es un horror, la gente pobre no tiene con qué pagar un dentista y eso es un signo de pobreza, de degeneración, de decadencia, de desprestigio”, indica.
Sobre por qué son una obsesión de la Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014, los dientes, la también autora de Saña y El rastro responde que desde niña ha acudido al dentista y que su padre, durante un tiempo, fue dentista.
“La escritura está muy relacionada con la biografía, hubo una época en que se negaba ese argumento, pero a mi modo de ver uno parte de ciertas cosas fundamentales de la vida para dedicarse a algo y hay cosas que te van marcando. Una de esos motivos fue mi padre quien era poeta, zapatero y hasta restaurantero. Cuando era muy niña mi padre era dentista, entonces los zapatos, los dientes y la comida, son importantes para mí”.
Para la autora, los dientes también representan supervivencia y un ejemplo que retoma en su libro, es Drácula, personaje que aparece cuando tiene pesadillas.
“En Drácula está evidente, como metáfora, el hecho de que sin los dientes es imposible sobrevivir. Drácula no sobreviviría si no tuviera esos colmillos, porque debe usarlos para beber sangre humana. Con esa sangre se vuelve inmortal. Esa es la metáfora de la sobrevivencia”.
—¿Por qué Drácula está presente en sus sueños?
—Siempre ha sido muy importante. De niña vi una película sobre Drácula, es una imagen obsesiva, como la de King Kong porque aparte de que significa sobrevivencia, significa lo espantoso y lo horrible, porque está asociado con el demonio, a lo sobre natural. Entonces en todos los libros y películas de Drácula tratan del elemento del horror que también es fundamental para este libro.
Glantz señala que al igual que ella, muchos escritores plantean el problema de los dientes en sus obras, es el caso de Tomas Mann, Edgar Allan Poe y Calderón de la Barca. “Fui coleccionando escritores y pintores para los cuales los dientes eran importantes. Por breve herida es una colección de relatos sobre los dientes y al mismo tiempo es una colección de mis relatos sobre los dientes”.
REITERACIONES. Además de narrar su gusto por María Callas y las lágrimas que le desprende la ópera La Traviata, un personaje al que siempre regresa Margo Glantz, es Francis Bacon, pintor inglés del siglo XX, quien plasmó múltiples rostros mostrando los dientes, al igual que Picasso. Especialmente, la autora recurre a la descripción del cuadro Inocencio X, en donde el Papa, sentado, lanza un grito enseñando los dientes.
“Siempre me ha interesado Bacon, conocí su obra en Inglaterra cuando estaba viviendo en Londres en una exposición que vi en la Royal Academy. Me llamó mucho la atención porque es un pintor diferente a otros artistas ingleses. He visto muchas retrospectivas de Bacon en varias partes del mundo y me ha impresionado enormemente, no sólo su pintura, si no su relación ante el mundo y su inteligencia”, indica.
Pero también en su libro, Glantz menciona a Picasso. “En él hay un elemento muy importante además de la deformación del cuerpo: la figura de los dientes y eso lo notó Bacon. Una de las pinturas más paradigmáticas de Picasso fue el Guernica, en donde todos sus personajes aparecen mostrando los dientes (por que retrata bombardeos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial) y la manera más perfecta de enseñar el horror, es el grito y en ese grito se ven los dientes”.
—En su novela habla de la reiteración, ¿para usted qué significa?
—Es fundamental para mí y creo que lo es para todo el mundo. El escritor parte de una reiteración porque algo le llama la atención y está constantemente volviendo a eso. Con la gran poesía antigua, uno de los elementos más importantes era la reiteración; a los niños les encanta que les cuenten de nuevo las mismas cosas y que se las cuenten de la misma manera, entonces reiteradamente piden que lo hagas.
“Eso es uno de los mecanismos más primitivos del ser humano: la necesidad de recurrir a lo reiterado para ubicarse en el mundo. Uno necesita reiterarse ciertos elementos porque dentro de esas reiteraciones uno se siente más protegido”.
—También menciona que en español no existen palabras para diferenciar los colmillos, como sí sucede en el inglés con los fangs (colmillos de animales o de Drácula)…
—Este libro también es una reflexión de cómo los diferentes idiomas pueden expresar de diferentes maneras ciertos elementos fundamentales de la vida. A veces en el inglés que es un idioma muy sintético, es más eficaz en ese sentido (de nombrar las cosas)…me encanta el español pero tiene cosas que el inglés no, por ejemplo, la diferencia entre los colmillos de un animal y los colmillos de un humano.


