Cinco ministros mexicanos, así como otros funcionarios del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, fueron condecorados hoy con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, que distingue a quienes ayudan a favorecer las relaciones de cooperación de España con la comunidad internacional.
En un acto celebrado en la residencia del embajador de España en México, Luis Fernández-Cid, el diplomático hizo entrega de las preseas y aseguró que las relaciones entre las dos naciones son hoy «más allá de excelentes» y «más allá de estratégicas».
Fernández-Cid destacó el «momento político especial» que está viviendo México a nivel político y subrayó la labor de las autoridades distinguidas por ser «artífices de una reforma de modernización de México» impulsada por Peña Nieto (2012-2018).
También remarcó el hecho de que con poco más de un año de diferencia los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, han visitado el país latinoamericano y Peña Nieto ha realizado también una visita al país europeo.
Los ministros condecorados fueron la secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu; el secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray; el de Economía, Ildefonso Guajardo; el de Educación Pública, Aurelio Nuño, y el de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza.
También fue condecorado el exsecretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud, y el subsecretario de Relaciones Exteriores, Carlos de Icaza González, mientras que en el grado de Encomienda de Número se le impuso la cruz a Francisco Leopoldo de Rosenzweig, subsecretario de Comercio Exterior.
En su discurso de agradecimiento y en nombre de todos los premiados, Ruiz Massieu calificó el acto de «muy emocionante» para los condecorados, quienes se sienten «honrados, conmovidos y satisfechos» por haber apoyado en la labor a unir a los pueblos de ambos países.
Ruiz Massieu destacó la «historia compartida y visión de futuro en común» de España y México, dos países que son «hermanos».
La Orden de Isabel la Católica tiene por objeto premiar aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, realizados por personas españolas y extranjeras, que redunden en beneficio de la nación o que contribuyan a favorecer las relaciones de España con el mundo.

