AGENCIAS
El Congreso de El Salvador, dominado por el oficialista partido Nuevas Ideas, aprobó una profunda reforma constitucional que permite la reelección presidencial indefinida, amplía el mandato de gobierno de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. Con 57 votos a favor y solo tres en contra, se habilita así la continuidad del presidente Nayib Bukele, quien gobierna el país desde 2019 y fue reelecto en 2024 con un 85% de los votos.
La reforma también adelanta el fin del mandato actual de Bukele, previsto para 2029, a 2027, unificando las elecciones presidenciales con las legislativas y municipales. Esto le permitirá participar nuevamente en las elecciones de marzo de 2027. La diputada oficialista Ana Figueroa argumentó que se busca dar poder total al pueblo para decidir sobre sus gobernantes y señaló que la reelección es común para otros cargos populares en el país, excepto para la presidencia hasta ahora.
La oposición ha criticado duramente la medida, calificándola de golpe a la democracia y un paso hacia una dictadura. Organizaciones de derechos humanos y académicos alertan sobre un desequilibrio en el sistema democrático y comparan la situación con Venezuela, evidenciando preocupaciones sobre concentración de poder y falta de controles institucionales. Bukele mantiene una alta popularidad por su manejo de la seguridad y su régimen de excepción, aunque ha sido cuestionado por prácticas represivas y detenciones sin orden judicial.
La reforma fue aprobada en un trámite expedito en plena semana de vacaciones, y se espere que se ratifique en una sesión adicional convocada para la noche del mismo jueves. Con esto, El Salvador establece uno de los mandatos presidenciales más largos de la región y abre la puerta a que Bukele permanezca en el poder indefinidamente, en un contexto que para muchos representa un debilitamiento de la democracia salvadoreña.


