AGENCIAS
El presidente Donald Trump impulsa una nueva redistritación en Texas con la intención de crear cinco nuevos distritos congresionales que favorezcan al Partido Republicano (GOP), en una maniobra para mantener y ampliar el control republicano en la Cámara de Representantes ante las elecciones de medio término de 2026. Esta estrategia busca trasladar votantes demócratas desde distritos competitivos a otros ya seguros para el GOP, con el riesgo inherente de hacer que ciertos distritos republicanos se vuelvan más vulnerables, situación conocida como “dummymandering”.
Actualmente Texas tiene 38 escaños: 25 para republicanos, 12 para demócratas y uno vacante. La redistritación propuesta por Trump y respaldada por el gobernador Greg Abbott será discutida en una sesión especial de la legislatura estatal, dominada por republicanos, que comienza la próxima semana. Entre los objetivos están distritos demócratas ajustados en ciudades grandes como Houston, Dallas y Austin, y en la región del Valle del Río Grande, donde representantes demócratas como Vicente González enfrentan mayor competencia.
Esta maniobra es polémica y enfrentará desafíos legales por posibles violaciones a la Ley de Derechos Electorales, acusaciones de gerrymandering racial y arriesga la estabilidad de algunos escaños republicanos. Los demócratas ya están considerando tácticas como el abandono de quórum para frenar el proceso y advierten sobre un intento descarado de manipular el sistema electoral para favorecer al GOP. Expertos advierten que, aunque la redistritación puede generar oportunidades para el partido rojo, existe un límite para no fragmentar demasiado los distritos y poner en riesgo la mayoría legislativa republicana