La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, confirmó que el acuerdo se alcanzó tras semanas de negociaciones
AGENCIAS
La secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, confirmó que el acuerdo se alcanzó tras semanas de negociaciones con funcionarios mexicanos y el subsecretario de Estado estadounidense, Christopher Landau.
“México se ha comprometido a transferir agua de inmediato desde embalses internacionales así como a aumentar la cuota estadounidense del caudal en seis afluentes del río Grande (río Bravo) hasta el final del ciclo hidrológico actual de cinco años. Estas medidas ayudarán a los agricultores, ganaderos y municipios estadounidenses del valle del río Grande (río Bravo) en Texas”, explicó.
Se debe recordar que el mes pasado el presidente Donald Trump acusó a México de no cumplir con el acuerdo y acumular varios años de déficit.
Por su parte la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró que nuestro país ha cumplido en la medida de lo posible, no obstante, recordó que en los últimos tres años de presentó una sequía severa en el norte del país, razón por la cual el recurso no se ha entregado en el volumen debido.
De acuerdo con Rollins, este nuevo compromiso con las autoridades mexicanas representa un paso significativo para garantizar que los agricultores de Texas cuenten con el agua necesaria para mantener sus actividades productivas.
En un comunicado, la funcionaria expresó su satisfacción por el acuerdo, aunque subrayó la importancia de continuar trabajando en colaboración con México para asegurar el futuro de la agricultura en Estados Unidos.
“Estados Unidos agradece a la presidenta Sheinbaum su participación personal para facilitar la cooperación entre los distintos niveles de su gobierno y establecer una estrategia unificada para abordar esta prioridad en curso”, dijo la secretaria de Agricultura.
El tratado de 1944 establece las bases para la repartición del agua entre ambos países, pero en los últimos meses, funcionarios y legisladores estadounidenses han manifestado su preocupación por el supuesto incumplimiento de México de sus obligaciones.
Según la parte norteamericana, la falta de agua ha afectado negativamente a los agricultores texanos, quienes dependen de este recurso para sus cultivos y actividades agrícolas.
Por su parte, México ha argumentado que enfrenta condiciones de sequía que han puesto bajo presión sus propios recursos hídricos.


