AGENCIAS
El Gobierno de México ha preparado una estrategia para recibir a los mexicanos que sean deportados desde Estados Unidos, con el objetivo de garantizar sus derechos humanos y ofrecerles apoyos a su llegada al país, aseguró Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación.
En una reunión con los senadores de la Junta de Coordinación Política, Rodríguez destacó que, ante las amenazas de deportaciones masivas por parte del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, México no se convertirá en un «tercer país seguro». La funcionaria enfatizó que solo se recibirán a los mexicanos deportados y no a migrantes de otras nacionalidades, en respuesta a las preocupaciones sobre la posibilidad de que México sea utilizado para albergar a migrantes centroamericanos u otros grupos expulsados de EE. UU.
“No seremos tercer país seguro”, afirmó Rodríguez, subrayando que el Gobierno mexicano se compromete a evitar esa situación a través del diálogo y acuerdos diplomáticos con las autoridades estadounidenses.
La estrategia de recepción de mexicanos incluye medidas de coordinación entre el Instituto Nacional de Migración (INM), las autoridades locales, los gobernadores, en particular de los estados fronterizos, y las redes consulares. El objetivo es proteger los derechos de los migrantes y proporcionarles opciones de integración, apoyo económico y programas de desarrollo a su regreso al país.
En cuanto a los desafíos que podría implicar la administración de Trump, la secretaria de Gobernación explicó que la estrategia también abordará la necesidad de prevenir el tráfico de armas provenientes de EE. UU. hacia México, un tema que fue discutido en la reunión con los legisladores.
Por otro lado, el senador del PAN, Marko Cortés, reiteró que la posición del Gobierno es clara: México solo recibirá a los mexicanos deportados y no aceptará a migrantes de otras naciones. “No podemos recibir a extranjeros, ellos tendrán que regresar a sus países de origen”, señaló.
Rodríguez hizo un llamado a los senadores para que intervengan y apoyen en la gestión de políticas que frenen el tráfico de armas y otras actividades ilícitas que afectan a México. La reunión también sirvió para acordar mantener un diálogo constante con el Senado, con el fin de enfrentar de manera coordinada los retos que se presentarán a raíz de la próxima administración en Estados Unidos.
