Paloma no es el nombre de pila de Mercedes del Carmen, pero es el nombre que la marca y describe.
Nace el 5 de junio de 1954, hija de Alfonso Guillén originario de Xicoténcatl y María del Socorro Vicente González de Tampico, es la única mujer de entre ocho hijos y madre de dos varones.
Paloma fue bautizada como Mercedes del Carmen pero ella nació Paloma, la imaginaron Paloma y parafraseando a Chavela Vargas, podríamos decir que las tampiqueñas nos llamamos como nos da la gana, por eso Mercedes del Carmen es simplemente Paloma.
«Paloma nace antes de Mercedes del Carmen, Paloma era mi nombre desde que estaba en el vientre de mi madre. Mercedes del Carmen nace cuando me llevan a bautizar y el padre decide que no me debería llamar Paloma, que no era un nombre adecuado, -estamos hablando de 1954-, era otra vida, otro tiempo y otros curas».
Recuerda que en su bautizo se armó un alegato con el cura por su nombre, por lo que deciden darle el sacramento con el nombre de sus abuelas Mercedes del Carmen, «cuando llega a la casa (la madre) dice: pero ella es Paloma, yo quiero que se llame Paloma y el padre no tiene razón». Así llega a la vida Mercedes del Carmen, pero ese es el nombre oficial, el nombre para el llamado de atención o para pasar lista, el nombre de su vida es Paloma.
Paloma, procede de una familia liberal, donde se le trata de la misma manera que a sus hermanos, donde la lectura era importante y el esfuerzo se reconocía y se promovía.
En esa familia no existían los estereotipos, todos eran tratados con igualdad.
«Decidí estudiar Derecho, porque vengo de una familia de siete hombres y yo sola de mujer, con una mamá sin estereotipos porque era hija única, y con un papá liberal porque sus hermanas estudiaron en el extranjero, entonces digamos que era una extraña combinación y eso me permitió decidir muy libremente sobre un campo que creo, es el más rico de todas las carreras, desde mi punto de vista.
«Estudiar Derecho fue una opción entre dos carreras -nos cuenta Paloma- entre licenciado en psicología que en ese tiempo estaba de moda, y por otro lado Derecho, y entonces a mí me gusta la justicia, me llama la atención la justicia, para mí es un valor, y creo que la carrera, aunque esté desprestigiada, es la carrera para hacer justicia».
¿Después de la licenciatura qué siguió? «Completé la carrera con Economía». ¿Dónde estudió Derecho, y qué le dejó su alma mater? «Yo estudio Derecho aquí en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, orgullosamente egresada de una escuela oficial que te da un tinte distinto. «A fin de cuentas el matiz que te da una escuela oficial te per-mite estar muy al pendiente de los demás. •
¿Cuándo ingresa la política en su vida?
“Yo empiezo mi carrera política como se empiezan todas las cosas, azarosamente, o sea el azar interviene de alguna manera. Estaba involucrada en la política de la universidad, fui consejera universitaria».
En esa época Paloma se afilia al partido en el que aún hoy milita como activista del frente juvenil, después vinieron las campañas y otras responsabilidades.
¿Qué significa para usted la política? «La política es el arte de servir, el arte de hacer acuerdos, el arte de hacer posibles los sueños, entonces por allí le di».
«Mi vida siempre me llevó hacia el trabajo porque siempre lo necesité para ser, no para tener, entonces así se fue desarrollando mi vida».
A Paloma, el trabajo le da equilibrio y alegría, es una fortuna, «a mí me gusta trabajar, me llena trabajar, no me imagino no trabajando, yo desde que descubrí el trabajo soy feliz». Lo descubrió joven y se ha entregado a él.
Es notaria, fue Secretaria General de Gobierno, la segunda tamaulipeca en serlo, fue Procuradora General de Justicia, Diputada Local en dos ocasiones, en las cuales presidió el Congreso del Estado, y se convirtió en la primera tamaulipeca en presidirlo. Además, fue Diputada Federal en la LXI Legislatura. Su más reciente cargo fue el de Subsecretaria de Población, Migración y Asuntos Religiosos lo cual dejó para representar a los tamaulipecos en la LXIII Legislatura como Diputada Federal.
Esta mujer siendo joven debe enfrentar la vida de una madre soltera, y como las madres que se quedan solas lo hace trabajando. «Me quedo sola con un niño de 3 años y medio y otro de 10 días de nacido, lo que tampoco es una historia que sea nueva en este mundo, y que al fin de cuentas me hace consciente de que la carga mueve al burro. A fin de cuentas esa responsabilidad me hace salir adelante sin mis papás o sea yo decidí no regresar a mi casa, porque yo pensaba o pienso, que era , habla mi responsabilidad que yo tenía que enfrentar lo que yo decidido y que yo tenía que salir adelante en la condición que entonces se me presentaba».
“Mis papás hicieron lo que hacían siempre, que era estar sin agobiar, o sea estar atrás de mi pero sin estar físicamente conmigo y yo le di para adelante ya con una carrera, ya con dos hijos y bueno como salen todas ahorita antes y después cuando tienes dos hijos, le sigues, te combinas y trabajas y atiendes la casa, había que llevar de comer, había que seguir trabajando, entonces me voy a trabajar a la iniciativa privada y doy clases en el Cultural durante 5 años, eso fue un hito».
Pero la vida siempre la devolvía a la política «dos o tres veces me salí de la política, me dediqué por ejemplo, un tiempo a la notaría, pero siempre la vida me regresaba a la política, entonces ya decidí que es mejor cooperar».
Con 26 años, ya divorciada, la invitan a participar como candidata a diputada, «ahorita lo veo para atrás y digo ¡si yo era una bebé! Piden perfiles, yo sigo incursionando en política pero en el plano complementario, sin estar de protagonista. Mi currículum se les hace atractivo porque se iba a abrir el distrito norte en Tampico», pedían a una mujer que estuviera afiliada al partido, que fuera política y calificada para dedicarse a hacer leyes. Así la vida la pone a decidir «la vida en una situación de decisión y el que me empuja a aceptarla, porque lo dudé, aunque usted no lo crea, es mi padre que me dice si la gente que vale la pena no se mete en esto ¿cómo va a cambiar?, y entonces le entro». Y le entró en serio, «la vida también me lleva a presidir la cámara de diputados siendo muy joven y teniendo una responsabilidad grande, y tener que crecer, y sigo teniendo los hijos chiquitos.
«Tener que ser Presidenta del Congreso con los niños, haciendo la tarea en la alfombra, es una imagen que yo tengo aquí grabada -señala su corazón-; la decisión de llevármelos o no a Ciudad Victoria ante la responsabilidad, y bueno pues de ahí pasan muchas cosas. Su experiencia de vida, en algún momento de su trabajó legislativo ¿lo consideró para crear una iniciativa, impulsar alguna ley? «Es una pregunta interesante, pero no contestaría algo concreto, les podría decir que lo que me marcó o lo que he hecho, sobre todo en la parte legislativa, tiene mucho que ver con el hacer acuerdos.
O sea, la familia de donde vengo me llevaba a intentar mediar todo, se agarraban dos a trancazos yo me metía en medio y me daban un trancazo a mí y decía ya no me vuelvo a meter, entonces el hacer acuerdos ha estado presente en mi vida legislativa, en mi vida política, yo soy una mujer de acuerdos, me gusta hacer acuerdos porque lo traigo como una parte mía, y eso, lo tolerante que me hizo mi familia me ha permitido incorporar los puntos de vista en todo lo que emprendo».
Eso está como marca de Paloma en mi carrera política: el acuerdo. Sé hacer acuerdos, creo que porque vengo de una familia de tantos».


