AGENCIAS

Desde hace semanas, los habitantes del municipio de Padilla y sus alrededores se encuentran en una situación crítica: la falta de suministro de agua potable. Este problema, que afecta profundamente la vida diaria de la comunidad, ha sido descuidado durante meses por el alcalde con licencia, Manuel «El Gallero» Silvestre.

Los residentes de Padilla han expresado su frustración ante la falta de acción por parte del alcalde, a quien consideran incapaz e irresponsable. Además del suministro de agua, la falta de empleo dentro del municipio ha contribuido al estancamiento y la emigración de jóvenes en busca de oportunidades en otros lugares.

Manuel Silvestre, conocido por sus aficiones a los bailes, las peleas de gallos y las carreras de caballos, ha sido criticado por descuidar sus responsabilidades como líder de la comunidad. A pesar de simular haber abordado problemas anteriores, como una deuda con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), los problemas persisten y la falta de agua continúa afectando a los residentes.

La supuesta cancelación parcial de la deuda con la CFE, realizada con fines políticos durante las elecciones pasadas, ha dejado al descubierto la falta de compromiso y la priorización de intereses personales sobre las necesidades de la comunidad. Las bombas de agua han vuelto a fallar debido a la falta de pago total, dejando a los habitantes de Padilla sin acceso al vital líquido.

Esta situación ha generado indignación entre los residentes, quienes ven en Manuel Silvestre un reflejo de la corrupción y el desinterés de los políticos locales. Las promesas de campaña de trabajar en beneficio de la comunidad han caído en oídos sordos, y las manifestaciones callejeras, lideradas por grupos de madres de familia, exigen una acción inmediata por parte de las autoridades estatales y del gobernador Américo Villarreal Anaya.

La falta de agua potable en Padilla no solo es un inconveniente cotidiano, sino también un símbolo de la negligencia y el abuso de poder por parte de aquellos que han sido elegidos para servir a la comunidad. Mientras tanto, los residentes continúan luchando por un derecho básico que les ha sido negado durante demasiado tiempo.