AGENCIAS

En un encuentro cargado de expectativas y urgencia por respuestas, los padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa cruzaron hoy el umbral de Palacio Nacional. Fueron recibidos por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien los convocó para presentarles avances en la investigación que mantiene en vilo a México desde hace más de una década.

La reunión, esperada con ansiedad por las familias, llega en un momento crucial para la actual administración. El abogado Vidulfo Rosales, portavoz legal de los padres, llegó con una agenda clara y exigente: información detallada sobre la investigación, especialmente sobre el proceso de extradición de Tomás Zerón de Lucio, quien fuera jefe de la Agencia de Investigación Criminal y se encuentra prófugo en Israel.

Las familias también buscan respuestas sobre los archivos militares que permanecen sin entregarse, piezas que consideran fundamentales para armar el rompecabezas de lo ocurrido aquella noche de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

La sombra de la desacreditada «Verdad Histórica» continúa proyectándose sobre el caso. Rosales expresó su preocupación de que las recientes detenciones, incluida la de Martín Alejandro «N», parecen seguir vinculadas a esta versión oficial ya desechada. «De pronto hay muchos detenidos, pero la mayoría están ligados a esta investigación que ya fue desechada, una investigación irregular, desgraciada. Creo que no estamos avanzando», declaró con evidente frustración.

Los padres llegan a este encuentro con una mezcla de esperanza renovada y escepticismo acumulado tras años de promesas incumplidas. «Vamos a dialogar con el gobierno con el objetivo de que la investigación pueda avanzar y dar con el paradero de los estudiantes», afirmó Rosales, dejando claro que el fin último sigue siendo encontrar a los jóvenes, no solo acumular detenciones.

La presidenta Sheinbaum hereda un caso que ha desafiado ya a dos administraciones federales y que representa una herida abierta en la conciencia nacional. Su capacidad para ofrecer resultados tangibles en la búsqueda de verdad y justicia será una prueba crucial para su gobierno.

¿Logrará esta reunión romper el ciclo de frustración y acercar a las familias a la verdad sobre el destino de sus hijos? El tiempo dirá si este encuentro marca un verdadero punto de inflexión o si se suma a la larga lista de reuniones oficiales que no han logrado resolver el doloroso enigma de Ayotzinapa.