AGENCIAS

Las autoridades de Texas han comenzado a expandir el cerco fronterizo con México, afectando áreas cercanas a Nuevo México y elevando los riesgos para los migrantes varados en Ciudad Juárez, Chihuahua, según denuncias de organizaciones civiles. Esta ampliación incluye la instalación de nuevas barreras físicas, como alambradas de púas y dispositivos flotantes en el río Bravo.

El gobernador de Texas, Greg Abbott, justifica esta medida como parte de la lucha contra la «crisis migratoria» en la frontera, donde El Paso ha visto un aumento significativo en los cruces de migrantes. Sin embargo, la expansión del cerco ha sido criticada por su impacto en la capacidad de respuesta de los servicios de emergencia, como los bomberos, quienes advierten que las nuevas barreras dificultan el rescate de personas en peligro.

Rosa Mani Arias, de la asociación Avara Juárez, lamentó que esta situación pone en riesgo a las personas más vulnerables, especialmente a los niños. La tensión entre Texas y el gobierno mexicano ha ido en aumento desde la instalación de alambres de navajas y boyas en el río Bravo, que el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó de «inhumanos».

Los bomberos de Sunland Park también han expresado su preocupación, advirtiendo que la nueva infraestructura podría obstaculizar su capacidad para atender emergencias en la región.