Fracasa en su intento de pagar con dinero público el muro, para evitar el cierre del gobierno. Juez paraliza prohibición del gobierno de pagar fondos federales a ayuntamientos que protejan a refugiados.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no podrá cumplir su promesa estrella de campaña: levantar un muro en la frontera con México de costa a costa.

Tras varios días de estira y afloja, el mandatario republicano cedió a la presión de los congresistas demócratas y retirará la partida de mil 400 millones de dólares que quería incluir en el presupuesto para empezar a construir de inmediato el muro.

Así lo informó a un grupo de periodistas conservadores, a los que dijo que podría aceptar un presupuesto que incluya fondos para la seguridad fronteriza sin centrarse en el muro.

Salvado ese obstáculo, los demócratas no vetarán el presupuesto, que debe estar firmado a más tardar en la medianoche del viernes. El presidente evitará así la vergüenza de “festejar” sus primeros cien días de mandato con su gobierno parcialmente cerrado por falta de presupuesto.

Ataque a la prensa. En un intento de que este nuevo fracaso sea visto como lo que es, el mandatario insistió en su promesa de construir el muro, por lo que solicitará dinero para el año fiscal 2018, y aprovechó para atacar una vez más a la prensa, que consideró un “revés” y un “retroceso” su decisión de no pedir dinero público para construir el muro.

“No dejes que los medios falsos te digan que he cambiado mi posición con respecto al MURO”, escribió ayer en Twitter. “Se construirá y ayudará a detener las drogas, la trata de personas, etc”, aseguró.

Kellyanne Conway, consejera del presidente, aseguró también a Fox News que “construir el muro y poderlo financiar sigue siendo una prioridad para él, pero también sabemos que eso puede suceder en el próximo año. Mientras tanto veremos la implementación de tecnologías inteligentes y otros recursos y herramientas que se utilizarán para la seguridad fronteriza”.

“Pelea innecesaria”. El líder de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Shumer, aplaudió la marcha atrás de Trump, ya que “eso elimina la perspectiva de una pelea innecesaria sobre una propuesta venenosa que no apoyan legisladores de ambos partidos”.

Revés judicial. La segunda humillación para Trump llegó poco después, cuando un juez federal de San Francisco bloqueó la orden ejecutiva destinada a negar fondos a las “ciudades santuario”, aquellas que se niegan a colaborar con las autoridades federales para deportar a inmigrantes.

El fallo del juez William Orrick de la corte del distrito norte de California, supone un nuevo revés para el gobierno de Trump, aunque no es definitivo y el Departamento de Justicia podría recurrirlo ante el tribunal de apelaciones del distrito noveno, instancia inmediatamente inferior al Supremo.

En su decisión, el magistrado determina que la orden ejecutiva que firmó Trump viola la Constitución porque el Congreso es el encargado de aprobar el presupuesto y el presidente no tiene el poder de arrebatar fondos a las entidades locales.