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Cultura Por Raul Gutiérrez

El Penacho de Moctezuma no regresaría por problemas técnicos de transporte

El estudio técnico que determinó que el Penacho de Moctezuma no puede salir del Museo de Etnografía de Viena, Austria, para regresar al país, estuvo a cargo de académicos de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), investigación por la cual la máxima casa de estudios recibió de parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) 165 mil pesos, además de la reservación de dicha información por un año, periodo que ya concluyó.

En ese estudio se establece que el penacho, hecho con plumas de quetzal y ornamentos de oro, no puede regresar porque no existe la tecnología que evite las vibraciones durante el transporte aéreo de Viena a México, ya que su confección manual se afectaría.

En las conclusiones del Estudio sobre el Penacho del México Antiguo (del que Crónica tiene copia), se lee que “con todas las apariciones de cargas sistemáticas ambas vibraciones y las cuasi cargas estáticas durante un trasporte aéreo, una solución técnica para la transportación sin requerimientos especiales, no es posible”.

Como una alternativa de transporte por avión –indica el documento obtenido vía transparencia–, un transporte por barco debe ser tomado en cuenta. Las fases críticas (aterrizaje, traslado) no son asociadas a una velocidad mínima y adicionalmente hay menores restricciones de espacio.

“Para evaluar la viabilidad de un trasporte sin requerimientos especiales para el penacho de plumas de más de 600 años de antigüedad por barco, se debe realizar un análisis adicional similar al de transportación aérea”, se lee en las conclusiones.

Dicho informe técnico realizado por la Facultad de Ingeniería está divido en seis apartados: Inspección visual en Museo Etnológico de Viena, Austria (en ocho días); Sistemas de amortiguamiento existentes en la actualidad; pasivos, activos, híbridos; Tipos de cargas inducidas; Materiales de empaque; Medición de vibraciones en sistemas de transporte; Alternativas para la reducción de vibraciones y Conclusiones y factibilidad de transporte.

INTERINSTITUCIONAL. De acuerdo con el convenio de colaboración académica, científica y cultural 30023-2103-3-X-11, firmado por Liliana Rivero Weber, coordinadora nacional de Conservación del Patrimonio Cultural del INAH; José Guerrero Zepeda, ex director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y Leopoldo González González, jefe de la División de Ingeniería Mecánica e Industrial de la Facultad de Ingeniería, las actividades encomendadas a dicha escuela fueron: estudiar el patrón de vibraciones a las que teóricamente se verá sometido el Penacho del México antiguo en un hipotético transporte.

Además de elaborar una propuesta de vitrina para el transporte y la exhibición del penacho, presentar modelos a escala de los sistemas para transportarlo, registrar in situ el penacho y una primera exploración del vestigio.

En el documento también se enumeran los compromisos del INAH: visitar el Museo de Etnografía de Viena, Austria, para realizar una primera exploración del penacho; elaborar un registro exhaustivo del objeto plumario y elaborar una propuesta de minimización de daños en el caso del transporte y exhibición del penacho antiguo.

Para la coordinación de las actividades, el convenio firmado el 1 de marzo de 2012, nombró como responsable por parte de la UNAM, a Alejandro Ramírez Reivich, profesor de la Facultad de Ingeniería y por parte del INAH, a Lilia Rivero Weber.

Sobre el monto otorgado a la UNAM, dicho documento suscribe: “el INAH aportará a la UNAM la cantidad de $165,000.00 (ciento sesenta y cinco mil pesos 00/100 M.N.)  por concepto de la realización de los trabajos encomendados en este instrumento, cantidad que será cubierta en una sola exhibición a través de un cheque certificado a nombre de la UNAM”.

ITINERANTE. En el documental El penacho de Moctezuma, plumaria del México antiguo, el arqueólogo  Eduardo Matos Moctezuma explica que siempre se ha dicho que los indígenas vieron en Hernán Cortés a Quetzalcóatl, “pero pronto se dieron cuenta que no era así, las razón es que Moctezuma quiso alejar a Cortés de su imperio, entonces primero le envió una serie de objetos, de plumaria, plata, oro y entre ésos, llama la atención uno, porque Cortés lo refiere en su primera Carta de Relación como un tocado que se colocaba en la cabeza”.

En ese texto, Cortés lo describe como “una pieza grande de plumajes de colores que se pone en la cabeza, en que hay a la redonda de ella 68 piezas pequeñas de oro, que será cada una como medio cuarto y debajo de ellas 20 torrecitas de oro”.

Pero la biografía documentada del penacho en Europa inició en 1596 cuando es descrito en el inventario del austriaco Fernando II del Tirol, pero parte de esa colección llegó a Viena en 1806 y el penacho se expuso después de 1814 en el Palacio Balvedere del Bajo, donde permaneció más de 60 años.

Después, fue trasladado al Museo de Historia Natural de Viena donde se exhibió por primera vez en 1889, sin embargo, al estallar la Primera Guerra Mundial el recinto cerró sus puertas. En 1918 las colecciones etnográficas de ese museo se trasladaron al Museo de Etnología de Viena, el cual se inauguraría 10 años después.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el penacho se resguardó en la Cámara del Tesoro del Banco Nacional Austriaco, posteriormente viajó a Austria y se exhibió en Zúrich, Suiza, en la exposición temporal Obras maestras de Austria celebrada de octubre de 1946 a marzo de 1947. Finalmente regresó al Museo de Etnología de Viena, espacio que actualmente está en proceso de renovación ya que cambiará su nombre a Museo del Mundo.

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