A 15 años del peor ataque terrorista en contra de los Estados Unidos, autoridades de seguridad pública, bomberos y cuerpos de emergencia honraron la memoria de las personas que perdieron la vida en el atentado, pero muy particularmente la de los 343 bomberos, oficiales y rescatistas que perecieron en la tragedia.

Con una emotiva ceremonia encabezada por el jefe de seguridad pública de la ciudad de McAllen, Víctor Rodríguez, en el estacionamiento del edificio Chase, localizado en el 200 sur de la calle 10, se recordó el último llamado al servicio de los servicios de emergencia que respondieron en auxilio de las víctimas que quedaron atrapadas en las torres gemelas y que posteriormente perdieron la vida al derrumbarse los edificios.

FECHA TRÁGICA

Rodríguez señaló que está trágica fecha ha quedado grabada en la memoria de los norteamericanos, destacando que muchas personas perdieron a sus seres queridos, y el país perdió a grandes hombres y mujeres que por encima de su seguridad acudieron a procurar la vida de otros, perdiendo la suya en el intento.

Una tragedia que los hizo surgir de nuevo como nación y como hermanos, que deja en claro la calidad humana y los invita a seguir luchando por mantener la libertad y los derechos de los que gozan quienes viven en los Estados Unidos.

UNA LECCIÓN SIGNIFICATIVA

El jefe Rodríguez destacó que entre todas las lecciones que el pueblo norteamericano aprendió a raíz de la tragedia, la evolución de la forma de hacer la guerra es una de las más grandes.

“Ese día nos dimos cuenta que la guerra institucional como la conocíamos ya cambió, no hay soldados, ni uniformes, puede ser cualquier persona, en tu propia casa, y tenemos que estar preparados, conscientes de que un llamado cualquiera, de los que tenemos en el departamento de Policía, cada tres o cinco minutos, se puede convertir en un atentado, los escenarios de la guerra han cambiado”, declaró Rodríguez.

HUMANOS ANTE TODO

El funcionario hizo notar el gran espíritu de solidaridad, de ayuda, de protección, que quedó demostrado una vez más ante la tragedia, pero enfatizó que éste espíritu no es privativo de los norteamericanos, es un sentimiento humano, que surge en momentos como este.

“Es un espíritu norteamericano, mexicano, italiano, es humano, el espíritu de protección es universal, porque como humanos lo que más valoramos es la vida, la protegemos y detestamos a quien se la arrebata a los demás”, añadió Rodríguez.

17 PISOS

Posterior a la ceremonia, grupos civiles de corredores y deportistas, bomberos, oficiales de policía, e integrantes de diferentes agencias en el Valle, se dispusieron a subir los 17 pisos del edificio Chase, por las escaleras, como una forma de honrar a los bomberos que fallecieron tratando de rescatar  a la víctimas que quedaron atrapadas en las torres gemelas.