Crear indicadores que midan cuánto aporta económica y socialmente las visitas a museos o el consumo de cualquier bien cultural; saber cuántos sitios históricos, arqueológicos y artísticos existen en la capital y legislar para que las delegaciones y las autoridades de la Ciudad de México tengan más injerencia en la protección del patrimonio, son algunas de las acciones que ejercerá la Secretaría de Cultura local en conjunto con la UNESCO durante 2016 y 2017, con un presupuesto de 6 millones de pesos.

“En 2014, la Secretaría de Cultura y la UNESCO firmaron un convenio de colaboración, que ahora pasa de ser un acuerdo de intenciones a un programa que implica recursos, propuestas, programas y proyectos orientados a la salvaguarda del patrimonio capitalino”, precisó Eduardo Vázquez Martín, secretario de cultura de la ciudad.

Dicho programa de trabajo se divide en cuatro proyectos: la creación de un Sistema de Indicadores Unesco de Cultura para el Desarrollo (IUCD), la elaboración de un Libro Blanco sobre el Patrimonio Mundial en la Ciudad de México, la construcción de un Centro de Información del Patrimonio Cultural y hacer un análisis comparado sobre la legislación cultural.

En palabras del antropólogo Alejandro Salafranca, el primer paso es generar el Libro Blanco, el cual será una guía actualizada y formal de buenas prácticas que se necesitan para la conservación del patrimonio, mismo que será puesto a disposición de todos los ciudadanos.

“En la capital hay 310 sitios arqueológicos, cinco de ellos abiertos al público; universo estimado de 7 mil monumentos históricos construidos entre los siglos XVI y XIX y 11 mil 71 son monumentos artísticos que corresponden al siglo XX y XXI”, destacó el también coordinador de patrimonio histórico, artístico y cultural de la secretaría local.

Añadió que de los 31 sitios declarados patrimonio mundial por la UNESCO en el país, cinco se encuentran la capital, los cuales se suman a las 6 declaratorias patrimoniales que ha emitido el gobierno citadino: a los juegos de pelota prehispánicos, al conjunto urbano arquitectónico del antiguo pueblo de San Ángel, a la Orquesta Típica de la Ciudad de México, a la representación de la Semana Santa de Iztapalapa, al conjunto urbano arquitectónico ubicado en la colonia Chimalistac y a la Feria de las Flores en San Ángel.

“Al gobierno de la ciudad le corresponde diseñar los planes de manejo y los programas de fomento cultural requeridos en tales declaratorias, de modo que se garantice la protección de estos bienes culturales”, precisó.

CONSTITUCIÓN. El segundo paso, después de tener un catálogo de monumentos materiales e inmateriales, será hacer un análisis sobre todas las leyes culturales y de protección al patrimonio que existen para la Ciudad de México, discusión que serán aprovecha para considerar el tema de cultura en la futura Constitución local.

“La idea es hacer armónicas las normatividades, es aportar los elementos a los espacios grises o vacios que en las leyes nacionales existen, y que la ciudad aporte recursos y legislaciones. Hay vacíos, el caso del Caballito es un accidente lamentable que se está resarciendo, pero en el tema legal de la defensa del patrimonio hay muchísimos vacios, creo que esto nos ayudará y de cara a la Constitución, a fortalecer la normatividad y a comprometer a las delegaciones”, señaló Vázquez Martín.

Actualmente en la Ciudad de México existen cuatro leyes en materia de cultura y patrimonio que deben actualizarse: Ley de Fomento Cultural del Distrito Federal, Ley de desarrollo urbano, Ley de salvaguarda del patrimonio urbanístico arquitectónico del Distrito Federal y la Ley Ambiental.

“Sin embargo se observa una duplicidad de funciones en dichas leyes, así como excesivas facultades que se le dan a la autoridad, es necesario, analizar el marco legal para detectar inconsistencias y plantear propuestas para una mejor articulación y operación. Eso se hará en el programa de análisis comparado de legislación cultural”, agregó Salafranca.

Es por ello, que la UNESCO revisará la coherencia administrativa, sobre todo en la redacción de la futura Constitución de la Ciudad de México, señaló Nuria Sanz, directora y representante de la Oficina de la UNESCO en México. “Hemos sido invitados a ser parte y a dar algunas recomendaciones sobre el texto de la Constitución, será una de las primeras constituciones donde hay un compromiso estricto con el patrimonio”, dijo.

Sanz añadió que el papel de la UNESCO también es la generación de indicadores que midan el valor de la cultura en el país. “Desde el siglo XVI hasta hoy, no ha habido una sola área urbana que haya crecido mil veces en territorio y cien veces en población, eso no existe en el mundo y tampoco existe que eso sea patrimonio mundial de la UNESCO”.

Por ello, implementarán y aplicarán indicadores de cultura y desarrollo que  por primera vez el organismo internacional usará en un área metropolitana.

“Estos indicadores proponen que el secretario de cultura y su equipo tengan un instrumento para mostrar qué significa invertir un peso en cultura, no para la cultura sino para el resto de las políticas públicas, saber qué pasa cuando invertimos en cultura en términos de rentabilidad económica, qué ocurre en términos de participación social, de gobernanza, equidad de género y en términos de educación”, precisó Sanz.

Otro punto que contempla el convenio entre UNESCO y la capital es que todos los ciudadanos tengan derecho pleno a la cultura a través plataformas digitales, para esto Vázquez Martín explicó que crearán un Centro de Información del Patrimonio Cultural de manera física y digital.