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Cultura Por Raul Gutiérrez

“La migraña de racimos es la exuberancia del dolor de cabeza”

Hace doce años, neurólogos suecos estudiaron la obra literaria de Franz Kafka y determinaron que padecía migraña en racimos, enfermedad sin cura que Francisco Hinojosa (Ciudad de México, 1954) define como la exuberancia del dolor de cabeza y una migraña abrupta e inexplicable que perdura minutos u horas, meses o años. Este padecimiento que sufren 10 de cada 100 mil personas, es el tema que el escritor mexicano explora en el libro Migraña en racimos.

“Este libro es una segunda edición, la distancia entre una y otra publicación es de 10 años, tiempo en que no he tenido un episodio de migraña, entonces había que orillar el libro al fin de la migraña. ¿Cuál fue la cura? creo que el hecho de haber escrito el libro. Le añadí unas cuantas lecturas nuevas, por ejemplo una novela de Antonio Alatorre llamada La migraña, en la cual hace descripciones muy exactas de lo que es un ataque de migraña”, explica Francisco Hernández.

También, añade, la obra incluye las últimas investigaciones de remedios que interrumpen los dolores de cabeza. “Esto tiene que ver con una discusión actual: el uso de la mariguana con fines médicos. Algunos médicos de Harvard encontraron que el LSD y los hongos alucinógenos ayudan a cortar los ciclos de migraña en racimos, con las otras migrañas no funcionan, sólo con ésta. Lo que hicieron fue quitarle al LSD el ingrediente psicotrópico y hacer un compuesto que se llama Bolt-148, todavía está en etapa de investigación y de ahí falta que pueda ser aprobada y que una farmacéutica invierta millones”.

Hinojosa señala que su libro editado por Almadía puede leerse de dos maneras: para quien padezca migraña en racimos, sentirá una compañía en sus dolencias; pero quien no tiene la enfermedad, podrá leerlo como un libro de auto ficción.

—Para ti ¿la escritura fue un remedio y una canalización del dolor?

—El dolor es un tema central y busqué esa presencia en otros autores. Por un lado, a Franz Kafka unos neurólogos decidieron estudiar su obra y encontraron por ciertas menciones, que pudo haber padecido migraña en racimos, especialmente porque en un libro que se llama La colonia penitenciaria inventó unas torturas muy desagradables para buscar un dolor mayor que el que padecía. Eso es algo que también creo haber encontrado en Salvador Elizondo en Farabeuf o la crónica de un instante.

“En el caso de Julio Cortázar no sé si padeció migrañas, pero la descripción de un ataque de dolor de cabeza que hace en el cuento Cefalea (en Bestiario de 1951) es muy similar al de migraña en racimos. Otro autor es Antonio Alatorre, quien publicó la novela La migraña, en la cual describe los ataques que tuvo en su juventud, y ahí vemos que dolor y memoria van de la mano”.

—¿Leíste Migraña de Oliver Sacks para encontrar respuestas de cómo aminorar el dolor?

—Sí, creo que es el libro que más he leído en mi vida, porque cada vez que tenía un ataque acudía a éste para ver si algo se me había pasado, pero lo que Sacks le dedica a la migraña en racimos es mínimo, las otras migrañas le resultaron más interesantes. Lo que sí dice es que en el caso de la migraña, son búsquedas individuales, todos padecemos el mismo mal pero lo que nos sanará, serán distintas causas.

ESCUCHAR. En su obra, Hinojosa describe un sinfín de remedios que su padre, él y otros pacientes han experimentado para acabar con los dolores de cabeza, por ejemplo, para los asirios, sumerios y babilonios el primer paso era orar a los dioses para que terminaran las crisis en el enfermo, pero al no funcionar, el segundo paso era hacer un agujero en el cráneo del paciente para liberar los espíritus del averno, y en tiempos modernos, los médicos sugieren atención psiquiátrica.

—Que alguien te escuche, ¿es el mejor remedio?

—Algo que le echa sal al dolor, es no ser escuchado, no ser comprendido, que un médico diga vamos a hacer una tomografía o tómate esto, pero nunca escuchan al paciente. El médico que más me ayudó tuvo que ver con eso: haberme escuchado, y gracias a eso fuimos buscando alternativas de tratamiento. Ir de la mano doctor y paciente, ayuda.

Hinojosa narra que asistió a terapias de ozonoterapia en Cuernavaca, a tratamientos alternativos de radiónica y finalmente fue con un fisioterapeuta cuando estaba en medio de un ataque de dolor, ahí le dijeron que tenía algo mal en su columna, “llegué con un dolor, me hizo un movimiento y se me quitó el dolor y fue el último que tuve en mi vida”.

“La migraña de racimos es la exuberancia del dolor de cabeza”