Los indicadores de empleo, consumo interno, inversiones y crecimiento reflejan mejor el estado de la economía mexicana, “una economía sólida” que demuestra que el país va por buen camino, aseguró el presidente Enrique Peña Nieto.

Durante la clausura de la Reunión Nacional de Consejeros 2016 de BBVA Bancomer, aseveró además que la estabilidad macroeconómica y el desarrollo regional, así como las reformas transformadoras en marcha, “son una fórmula potente para detonar el crecimiento de nuestra economía”, la cual está en ascenso.

El sector financiero de México también se fortalece a partir del entorno de estabilidad, de la creciente regionalización y del proceso transformador del país, que “son logros notables de los mexicanos”, argumentó.

Acompañado por el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso, y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, entre otros invitados, el titular del Ejecutivo federal destacó la creación de más de un millón 962 mil empleos formales, la cifra más alta para un periodo igual de cualquier sexenio.

Asimismo, el afianzamiento del consumo interno como “un gran motor de la economía”, que en marzo creció 4.7 por ciento anual, la mayor tasa para un mes similar en los últimos cuatro años, así como la venta de vehículos al público, que en mayo creció a una tasa anual de 19 por ciento.

Como tercer indicador, Peña Nieto se refirió a la confianza en México y su proceso de transformación, que se refleja en mayores inversiones.

En este rubro citó la Inversión Extranjera Directa, que en los últimos tres años el país captó cerca de 110 mil millones de dólares, 60 por ciento más que la registrada en el mismo periodo de la administración anterior.

Como último punto, el presidente Peña Nieto expuso que el crecimiento de la economía está cercano a 2.5 por ciento “a pesar de una coyuntura internacional francamente compleja”; no obstante, reconoció que “todavía no alcanzamos los niveles de crecimiento y desarrollo económicos deseados”.

Ante los consejeros de la institución financiera, subrayó que “México es un ejemplo de estabilidad macroeconómica, que hemos construido en las dos últimas décadas”, pues se cuenta con finanzas públicas sanas, inflación en mínimos históricos y, en particular, un sistema bancario robusto.

Recalcó que su gobierno también está concentrado en lograr un desarrollo regional equilibrado, con el objetivo de que el crecimiento y sus beneficios lleguen a todas las entidades.

Esto se prueba con “el desarrollo de infraestructura, con grandes obras y proyectos a lo largo y ancho de toda la geografía nacional”, destacó.

En este sentido, señaló que para cerrar las brechas de desarrollo que persisten en la región sur-sureste de la República se han impulsando las Zonas Económicas Especiales, que cuentan con incentivos fiscales y facilidades de alto impacto para detonar la inversión.

Asimismo, recordó que las reformas transformadoras han derribado barreras y abierto nuevas oportunidades para las familias y empresas del país.

“El desarrollo sería mucho más acelerado si desde hace dos décadas hubiéramos contado con leyes para fomentar la competencia económica y con un sector energético abierto al mundo”, así como una reforma educativa.

Empero, reiteró, “si bien los beneficios de las reformas se reflejarán con mayor claridad en el futuro, diversos indicadores nos señalan que vamos por buen camino”.