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Cultura Por Raul Gutiérrez

La humanidad desaparecería pensando que era el centro de todo: José Sarukhán

El Homo sapiens usa la naturaleza de una forma que se puede calificar como un «centralismo catastrófico», añade. «Somos otro, en un mar de otredades», señala Alfredo López Austin.

Aunque la humanidad, es decir la especie Homo sapiens, sólo existe desde hace 250 mil años piensa que es el centro de todo, principalmente debido a doctrinas religiosas antropocéntricas. Esto ha justificado una manera de vivir y usar a la naturaleza que muy probablemente van a acabar con la propia especie, aunque no con la vida, que seguramente seguirá en otras formas, afirmó el biólogo, ecólogo y ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Sarukhán Kermez.

El científico mexicano que actualmente es coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) participó el martes por la noche en una conversación pública con el historiador experto en cosmovisión indígena, Alfredo López Austin, y el antropólogo experto en cultura, Néstor García Canclini. Juntos, con la moderación del escritor y editor Daniel Goldin, reflexionaron en el auditorio de la biblioteca Vasconcelos acerca de una idea que se les propuso: Diversidad es bienestar. Un acercamiento desde la biología y la antropología a la diversidad.

El conversatorio forma parte de las actividades de la Sexta Semana de la Diversidad Biológica, que se compone de más de 300 actividades en todo el país. Daniel Goldin calificó la sesión como “el encuentro de tres sabios” y como “un ejercicio osado que intenta ser estimulante al pensamiento”.

José Sarukhán dijo que la manera como nuestra especie ha usado a la naturaleza se puede calificar como un “centralismo catastrófico” y que la propia naturaleza nos pondrá un límite porque no vivimos en un planeta de recursos ilimitados. Añadió que para que la humanidad se salve hace falta un discurso filosófico y ético realmente potente.

Esta aproximación biológica al tema de diversidad y bienestar fue complementada y enriquecida con las opiniones desde la historia, antropología y filosofía que compartieron López Austin y García Canclini. El primero de ellos, autor de libros como Hombre-dios. Religión y política en el mundo náhuatl, dijo que al ser humano le cuesta mucho trabajo asumir que nuestra especie no es el centro de todo y que incluso a nivel individual no somos el centro de todo.

“Somo un ‘otro’ en un mar de ‘otredades’ y deberíamos ser capaces de ver cómo podemos alcanzar el bienestar sin ser invasivos. Debemos aprender a exigir en la medida en que todos podamos llegar a un nivel de satisfacción sin afectar a los demás”, dijo López Austin, quien agregó que en la dilapidación de recursos del planeta no todos los seres humanos se benefician igual pues la mayoría de hombres y mujeres vive y trabaja para el bienestar de una pequeña minoría.

García Canclini, autor de muchos libros, por ejemplo el titulado Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la moderninad, dijo que frente al antropocentrismo que hace que el individuo y la especie humana busquen su bienestar a costa de todo lo demás, se pueden oponer dos cosas: una nueva forma de educar y el concepto de hospitalidad.

“¿Cómo llevar a las personas una idea que sea a la vez laica y al mismo tiempo de vinculación con algo más que nosotros mismos? Quizá se pueda con el concepto de hospitalidad. Hay que reconocer la diversidad de seres y de saberes. Hay que autolimtarse para pensar en el bienestar de los demás, como ya vemos que lo hacen muchos jóvenes que han decidido por formas diferentes de conducta”, dijo García Canclini.

Dentro de la vastedad de reflexiones, que fueron calificados como un detonador de otras futuras ideas y diálogos, José Sarukhán dijo que seguramente la humanidad desaparecerá si no hay cambios en tres aspectos: control natal, crecimiento de los asentamientos humanos y estilo de vida. Añadió que los medios de comunicación pueden ser agentes muy importantes para ayudar a que la humanidad sobreviva si ayudan a que las personas piensen  que tenemos obligaciones con las futuras generaciones y con nuestra propia generación, pues la vida tiene 3 mil millones de años de existir y la humanidad, en menos de un cuarto de millón de años ya ha generado un impacto muy grande en el planeta.

 

La humanidad desaparecería pensando que era el centro de todo: José Sarukhán