Hillary Clinton y Bernie Sanders intercambiaron dardos verbales el lunes en torno a una amplia gama de temas en el estado de Nueva York, pocos días antes de las primarias allí.

Haciendo campaña en el barrio neoyorquino de Queens, Clinton criticó a Sanders por no apoyar cabalmente las reformas migratorias, y le acusó de no poder articular posiciones coherentes en política exterior y regulación financiera.

«Me he percatado de que cuando los reflectores se posan sobre el senador Sanders aquí en Nueva York, le cuesta responder preguntas», dijo Clinton a reporteros tras un evento de campaña en un restaurante indio en Queens.

Sanders contraatacó en un mitin en la región norte del estado, en la ciudad de Binghamton, con un extenso discurso donde fustigó a Clinton por apoyar la fracturación hidráulica, un mecanismo de extracción de hidrocarburos que es detestado por activistas del ambiente y que está actualmente prohibido en el estado de Nueva York.

Al principio del evento, los partidarios de Sanders abuchearon fuertemente cada vez que él mencionaba el nombre de Clinton.

El ambiente tenso entre las dos candidaturas surge pocos días antes de que Clinton y Sanders se enfrenten en el primer debate demócrata en más de un mes. Desde esa última ocasión, la campaña ha adquirido un tono más hostil donde ambos se han cuestionado mutuamente sus credenciales para ocupar la Casa Blanca.

Clinton hasta ahora no ha pedido explícitamente a Sanders abandonar la contienda, recordando que ella misma batalló hasta el final en el 2008 y que está a favor de una «buena competencia». Sin embargo, ha criticado la agresividad de la retórica contra ella por parte de los partidarios de Sanders, quejándose de que los simpatizantes de él han agredido a los de ella.

«Parece haber cierto grado de ansiedad en esa campaña, que espero no se convierta en una agresividad de sus partidarios hacia otra gente», dijo Clinton.

Las primarias en Nueva York, que se realizarán el 19 de abril, serán decisivas para ambas campañas. Clinton necesita evitar una derrota en el estado que representó como senadora. Sanders ansía continuar su racha de victorias a fin de reducir la ventaja de 200 delegados que Clinton tiene actualmente.

La campaña de Clinton está apostando a una cadena de victorias en Nueva York y en los estados del noreste, a fin de lograr una ventaja «insuperable» en el conteo de delegados.

Sin embargo, si llega a ganar la nominación, Clinton tendrá que unificar al partido, y ello le será difícil si continúa la hostilidad entre los dos bandos.

Sanders estima que puede ganar en Nueva York, o por lo menos acercarse, contando con el apoyo de gente de bajos recursos en las regiones del norte del estado junto con los votantes liberales que son mayoría en la ciudad de Nueva York.