Entre 2007 y 2011, el Estado de Texas gastó 37 millones de dólares para ayudar a las escuelas secundarias de alta pobreza a reducir la obesidad a través de la educación física. El programa de subvenciones, conocido como Texas Fitness Now, otorgó 24 por ciento en el bienio 2007-09, y 40 por ciento en 2009-11.

Sin embargo, un nuevo artículo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin informa que Texas Fitness Now no tuvo efecto sobre el peso de los niños. Las tasas de obesidad en la escuela intermedia se mantuvo estable tanto en las escuelas que recibieron las subvenciones como en las que no.

Un estudio realizado por Paul Von Hippel y Kyle Bradbury de la Escuela LBJ de Asuntos Públicos de UT Austin, sobre un programa de educación física (PE), utilizando los datos disponibles al público, analizaron las tasas de obesidad en más de un mil 150 escuelas de enseñanza intermedia.

Las escuelas invirtieron la mayor parte de sus subvenciones en equipos de fitness y deportes, de acuerdo con el artículo. Aunque los fondos no redujeron la obesidad, si aumentaron la actividad física. Los beneficios de fitness fueron mayores en las aptitudes de fortaleza, y mayor para las niñas que para los niños.

Como resultado de las subvenciones, los niños y las niñas en las escuelas secundarias de alta pobreza pudieron realizar más flexiones y correr más rápido  que un autobús escolar, según los investigadores. Las niñas también pudieron completar más otros ejercicios, pero los no aumentaron la flexión de hombros o ayudaron a los niños a correr más rápidamente.

Las directrices estatales del Texas Fitness Now predijeron que el programa mejoraría el rendimiento académico porque “a través del aumento de la aptitud, la capacidad cognitiva del estudiante va a mejorar”. Sin embargo, los investigadores tuvieron conclusiones mixtas sobre los efectos académicos. En promedio, las subvenciones no tuvieron efecto en las calificaciones de matemáticas o lectura, pero mejoraron los promedios entre séptimo y octavo grado.