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Salud Por Raul Gutiérrez

Cuida tu salud y tu calzado

Una buena salud es producto de la prevención y el cuidado constante de nuestro cuerpo, sin embargo muchas veces somos propensos a descuidar áreas tan importantes como nuestros pies, los cuales saltan a nuestra atención hasta el momento en que sentimos algún dolor o malestar mayor.

Aunque muchas veces no los apreciamos como se debe, los pies son la base de nuestro cuerpo y de ellos nace una gran parte de nuestra movilidad, pues son los que nos permiten, desde dar un simple paso, hasta correr un maratón, subir escaleras, brincar, entre muchas otras tareas. Mantenerlos cuidados como se debe es algo sencillo que, de manera preventiva, nos evitará problemas mayores, al mismo tiempo que nos permitirá obtener una buena salud en todo nuestro cuerpo, ya que los pies juegan un papel central que influye tanto en nuestras piernas y rodillas, como en toda nuestra espalda.

Existen grupos que son más vulnerables o propensos a presentar problemas en sus pies como lo son las personas con diabetes y artritis, pues estos padecimientos pueden derivar en complicaciones mayores. En el primer caso, la diabetes puede causar daños a los nervios o a los vasos sanguíneos de los pies, lo cual provocaría entumecimiento así como la perdida de la sensibilidad, lo que en caso de alguna lesión, llevaría a que esta no sane adecuadamente, por lo que hasta la más pequeña ampolla puede causar problemas mayores.

En el caso de la artritis, la inflamación se convierte en una constante para las articulaciones de los pies, lo cual puede incluso provocar daño permanente al deformar el cartílago y los huesos. En este caso es necesario utilizar zapatos especiales que permitan aliviar la presión y el dolor al caminar, los cuales pueden ser encontrados en tiendas de artículos ortopédicos.

Sin embargo, de igual forma niños y adultos que no presenten algún padecimiento deben tener cuidado de forma preventiva, pues como comenta la podóloga Dulce García, Delegada Estatal en Coahuila de la Federación Mexicana de Podología, en la infancia y la adolescencia temprana se tiene la oportunidad de que si los pequeños presentan algún problema de nacimiento en sus pies o en algún área de sus piernas, este pueda corregirse para lograr su eventual desaparición, algo que en la adultez no es posible, ya que los huesos y músculos han terminado de formarse, por lo que lo único que se puede hacer es recurrir a un especialista en ortopedia quien recomendará alguna plantilla para contrarrestar el problema y devolver la comodidad al paciente, mas no podrá solucionarlo a fondo, por lo que en la vejez se podrían presentar otros problemas como consecuencia.

Por otro lado, la dra. García detalla que una parte importante de los problemas que llegan a sufrir los adultos se deben a la mala elección de calzado, ya que es común que hombres, pero principalmente mujeres, opten más por un calzado a la moda, que por uno cómodo, lo cual rápidamente puede derivar en complicaciones para nuestros pies como lo son los callos y los juanetes, los cuales son un engrosamiento que surge tras someter a nuestros pies por largos periodos de tiempo a fricción y la presión provocada por un calzado que no ajusta bien. Los callos son una respuesta que genera nuestra piel para proteger a los tejidos de un posible daño mayor, por lo que, pese a no ser afecciones graves si pueden resultar incómodos e incluso afectar la confianza de quienes los padecen.

Por su parte, los juanetes, que como afirma la podologa García son mucho más comunes en mujeres que en hombres, pueden surgir tanto por un problema hereditario que se presenta en las personas que nacen con huesos anormales en los pies, como por el uso de zapatos de punta estrecha y tacón alto.

Este problema puede volverse cada vez más doloroso pues en la base del dedo gordo del pie se forma un saco lleno de líquido que crecerá constantemente, mientras no sea atendido por un médico.

Aunque en primera instancia ninguno de estos padecimientos afectan gravemente a la salud, con el tiempo pueden llegar a influir en que se presenten complicaciones mayores, pues como declara García, el dolor provoca que poco a poco las personas modifiquen su postura al caminar, lo cual afecta principalmente a su espalda.

Es importante realizar una observación constante de nuestros pies, por lo que puedes aprovechar el momento después de bañarte, para que cuando los estés secando hagas una apreciación detallada, al menos una vez por semana de cuál es el estado de la planta y el área a los lados del metatarso, es decir el área donde comienzan los dedos del pie.

Si llegas a presentar síntomas como piel endurecida, gruesa, escamosa, seca, enrojecimiento, dolor, entre otros, la mejor opción es dejar de utilizar el calzado que consideres sea el que más te esté afectando y acudir con un podólogo, que te podrá recetar un tratamiento simple para que en poco tiempo mejore la salud de tus pies.

Alicia Núñez Castañeda, especialista en la venta de artículos ortopédicos con veinte años de experiencia en el área, recomienda para quienes padecen callos o juanetes el usar calzado cuadrado que otorgue comodidad y espacio a los pies, de forma que éste no quede muy justo ni ejerza presión en ciertos puntos. De igual manera, la dra. García recomienda que el calzado pueda ajustarse, mediante agujetas o velcro, ya que durante las tardes, los pies se expanden y tienden a hincharse un poco, por lo que contar con zapatos que te permitan tener un mayor ajuste te darán más confort y evitarán lastimar tus pies.

El calzado más recomendable es todo aquél que sea plano y otorgue un buen soporte, sin embargo, en la actualidad ya no es necesario sacrificar comodidad por estilo, ya que como señala Núñez Castañeda, hoy existen una amplia variedad de plantillas hechas a medida de materiales como fibras sintéticas, plástico e incluso piel que permiten a los usuarios usar el calzado que deseen con total confort.

Si con el paso del tiempo has adquirido callos o juanetes ya no es necesario que tengas que dejar de usar tus tacones, pues existen cojines metatarsianos de gel que se pueden adherir por dentro del zapato para proporcionar mayor comodidad, también en el área del arco transversal.

También para los juanetes se pueden adquirir en tiendas de artículos ortopédicos alineadores de dedos que permiten restablecer la correcta postura de los dedos durante la noche, para evitar que se deformen o terminen perdiendo su correcta postura original.

Por su parte, García recomienda realizar ejercicios musculares que fortalezcan las piernas y la espalda para lograr un buen soporte y mejorar la postura. Tan sólo con invertir algunos segundos durante el día se pueden realizar pequeños ejercicios como girar suavemente los talones con la punta del pie tocando el piso para lograr relajar los músculos y aliviar la presión en esta área.

Recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar. Muchas veces ignoramos todo lo que diariamente nos permiten realizar nuestros pies, sin embargo, al igual que todo nuestro cuerpo son partes muy importantes que debemos cuidar y valorar, por lo que nunca estará de más checarlos periódicamente así como consultar, al menos una vez al mes, a algún podólogo para que realice una valoración más detallada del estado de su estado de salud.

De igual forma, contempla siempre tener en tu hogar un par de zapatos cómodos que permitan a tus pies relajarse, esto te ayudara no sólo a evitar molestias en las plantas, los dedos o el metatarso, sino también a sentirte más relajado y a mejorar tu salud a largo plazo.

Síntomas para detectar el inicio de la formación de callos y juanetes

Piel endurecida y gruesa

Piel escamosa o seca

Enrojecimiento en el borde interno del dedo gordo

Dolor en los pies

Dolor sobre la articulación, que empeora tras el uso prolongado de cierto calzado

El dedo gordo se puede llegar a montar sobre el segundo dedo o rotar hacia esa dirección

Cuida tu salud y tu calzado