El candidato republicano Donald Trump actúa ya como si la única forma de ganar las elecciones del 8 de noviembre sea denunciando que se está cocinando un “fraude a gran escala” y que, en consecuencia, no reconocerá la eventual victoria de su rival, la demócrata Hillary Clinton.

“Por supuesto que hay ya un fraude electoral a gran escala antes del día de las elecciones. ¿Por qué los líderes republicanos niegan lo que está ocurriendo? ¡Es tan ingenuo!”, escribió ayer en respuesta a las declaraciones del sábado al respecto de Paul Ryan, presidente de la Cámara de los Representantes.

“Confianza en los resultados”. “Nuestra democracia se fundamenta en la confianza en los resultados electorales, y el presidente de la Cámara tiene total confianza en que los estados llevarán a cabo este proceso electoral con integridad”, declaró hace dos días el republicano de más alto rango.

No fue el único. El domingo, el candidato republicano a vicepresidente, Mike Pence, declaró exactamente lo mismo y añadió tajante: “Las elecciones no están amañadas. Por supuesto que aceptaremos los resultados”.

Pese a que Pence fue más duro que Ryan, Trump evitó ayer chocar directamente con su compañero de fórmula y centró sus críticas en líder del Congreso: “Paul Ryan, un hombre que no sabe cómo ganar —como hace cuatro años, cuando se presentó a vicepresidente y perdió—, debería empezar a enfocarse en el presupuesto, las Fuerzas Armadas, los veteranos etc.”.

En otro mensaje posterior le reprochó “no hacer nada” ante las informaciones publicadas por Wikileaks sobre la ex secretaria de Estado Hillary Clinton, que, a su juicio, prueban que ella es una “persona deshonesta”.

Hace una semana, Ryan rompió la delicada tregua que mantenía con Trump y anunció que ya no hará campaña por él tras la publicación de un video de 2005 en el que el magnate se jacta de poder hacer lo que quiere con las mujeres en el plano sexual.

Tras esa ruptura, Trump celebró que le hayan “quitado los grilletes” y que ya no se reconoce con la cúpula del partido.

Sin “milagro de octubre”. Detrás de esta insistencia de Trump sobre lo que considera unas elecciones amañadas se esconde el hecho de que quedan exactamente tres semanas para que se abran las urnas y casi nadie cree ya que se vaya a producir el “milagro de octubre” para el candidato republicano.

A estas alturas, The New York Times da un 91 por ciento de probabilidades a Clinton de que gane las elecciones, mientras que el portal especializado FiveThirtyEight otorga a la demócrata un 88.7 por ciento de convertirse en la primera mujer presidenta de EU de la historia. En cuanto a las encuestas el portal que hace un promedio de encuestas Real Clear Politics, subió ayer hasta 7 puntos de diferencia la ventaja que saca Clinton a Trump.