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Internacional Por Raul Gutiérrez

Revolución proteccionista de Trump amenaza al TLC

La caída en los sondeos de Donald Trump, tras las dos semanas más desastrosas desde que comenzó su carrera hacia la Casa Blanca, ha hecho saltar las alarmas de los republicanos, por lo que el magnate neoyorquino intentó dar ayer un golpe de efecto anunciando “la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan” y “recortes masivos” de las regulaciones federales para animar a los empresarios a que inviertan en el país.

Envuelto en la bandera nacionalista y proteccionista, Trump promete devolver a los estadunidenses los puestos de trabajo que perdieron por la deslocalización de las empresas a otros países, entre los que siempre señala a México y China. “El americanismo, no el globalismo, será nuestro credo”, proclamó.

Protestas. Trump, que esta vez esperó en silencio que sus guardaespaldas expulsaran a las personas que se manifestaron en su contra y lo interrumpieron más de una decena de veces, atribuyó los acuerdos comerciales internacionales con la decadencia de Detroit, por lo que no es casualidad que escogiera la vieja capital del automóvil para amenazar veladamente a la pujante industria automotriz mexicana, al prometer que, si llega a presidente, forzará una renegociación con sus socios del TLC, México y Canadá, para endurecer los acuerdos de libre comercio que firmaron hace dos décadas.

Trump prometió sacar “inmediatamente” a Estados Unidos del Acuerdo del Tratado Transpacífico (TPP), firmado recientemente por el presidente Barack Obama. Además, adelantó su intención de romper con el Acuerdo del Clima de París alcanzado a finales de 2015, que busca frenar el calentamiento global, ya que, a su juicio, desincentiva la inversión empresarial y la creación de empleo.

Pese a sus constantes guiños a industrias obsoletas y contaminantes, como su promesa de reactivar la extracción del carbón, Trump dijo que su adversaria demócrata, Hillary Clinton, representa una mera “continuación” de las políticas de Obama, y señaló que la candidata demócrata representa “al pasado”. “Nuestra oposición hace tiempo que se quedó sin ideas. Nosotros somos la candidatura del futuro”, agregó.

Una vez más, se refirió a uno de sus ejes de campaña, la política comercial y su rechazo a los tratados comerciales internacionales por sus nefastos efectos sobre los trabajadores estadunidenses.

“Tengo un objetivo fundamental, quiero que los trabajos y la riqueza se queden en EU”, enfatizó.

Crítica de Clinton. Hillary Clinton reaccionó desde  Florida al plan económico de su rival republicano, alertando que sus grandes reducciones fiscales beneficiarán a las grandes corporaciones.

“Sus planes fiscales otorgarán grandes recortes de impuestos a las grandes corporaciones y los muy ricos”, aseguró Clinton.

“Vamos a hacer que los ricos paguen su parte justa. No voy a subir los impuestos a la clase media, pero con su ayuda vamos a elevarla a los ricos”, manifestó.

“Presidente peligroso”. Por otra parte, medio centenar de ex altos cargos republicanos que ocuparon puestos de seguridad nacional publicaron ayer una carta en la que expresan su oposición a la candidatura presidencial de Trump al considerarlo un “peligro”.

En la misiva, los republicanos aseguran que “Trump no está cualificado para ser comandante en jefe” y que será un “presidente peligroso que pondrá nuestra seguridad nacional y bienestar en peligro”.

La declaración cierra con una conclusión categórica: “Estamos convencidos que en el Despacho Oval, [Trump] será el más irresponsable presidente de la historia estadunidense”.

Entre los firmantes se encuentran John Negroponte, director Nacional de Inteligencia con George W. Bush; y Robert Zoellick, ex director del Banco Mundial y subsecretario de Estado con Bush.

Hijo de Jeb Bush votará a Trump, pese a insultos a su padre y a mexicanos

George P. Bush, hijo del ex aspirante a la candidatura republicana Jeb Bush, instó ayer a los conservadores a apoyar al hombre que derrotó a su padre en las elecciones primarias del Partido Republicano, llamándolo, entre otras cosas “perdedor”, “desesperado” y “patético”.

En una reunión a puertas cerradas entre líderes del Partido Republicano de Texas, realizada el sábado, Bush hizo un llamado para ayudar a ganar a Trump, el mismo que llamó criminales a los inmigrantes mexicano, como lo es su madre, Columba.

“Para el equipo Bush es un trago amargo, pero ¿saben qué? uno regresa y ayuda al hombre que ganó, y uno se asegura de que detengamos a Hillary Clinton“, dijo G.P. Bush, quien hasta ahora no había manifestado públicamente su apoyo a Trump y no se presentó el mes pasado a la Convención Nacional Republicana. Su padre, así como su abuelo, el ex presidente George H.W. Bush, y su tío, el ex presidente George W. Bush, se niegan a respaldar a Trump.

El joven Bush, de 40 años, trata de labrarse una carrera dentro del Partido Republicano desde Texas, el estado que más delegados aporta a esa formación conservadora y que llevó a la Casa Blanca a su abuelo y dos veces a su tío.

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