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Regional Por Raul Gutiérrez

Piden a Profepa su intervención

Ante la nula respuesta de autoridades para detener la destrucción del Bordo del Río Bravo, miembros de diferentes grupos ciclistas de Matamoros y corredores iniciaron una petición a nivel federal ante la Profepa.

José Martín Hernández Torres, ciclista local, estableció de manera oficial una denuncia ante la Procuraduría Federal de Proteccion al Ambiente (Profepa)

Luego de sostener reuniones locales, integrantes de grupos ciclistas acordaron elevar su denuncia ante el gobierno federal para frenar el ecocidio del cual se ha sido presa el bordo del río Bravo, donde hasta el momento se desconoce sobre los responsables.

Se ha dado a conocer a través de una página de Facebook la solicitud presentada a la página change.org donde se busca frenar la destrucción de esta área natural.

“Las modificaciones que han iniciado dañan las veredas y senderos, que ciclistas y corredores han construido con su andar,  se han tumbado los árboles y destruyen los ecosistemas”, información revelada por parte del deportista.

Es por ello que en una muestra de solidaridad, se está solicitando ingresar a la página donde solamente se requieren 10 firmas para proceder en la solicitud y las cuales han sido rebasadas ante el interés para evitar destruir el bordo.

“Evitemos tal destrucción donde muchas familias pasean en esta ciudad fronteriza, Firma mi petición: PROFEPA no a la modificación del bordo”, señaló.

Se dio a conocer que las condiciones en las cuales se mantiene el bordo reflejan importante daño, donde se cuantificó la destrucción de al menos 350 árboles y donde las crecidas del río harán deslaves y derrumbes, afectando a la fauna de este lugar natural.

Unidos por salvar el bordo, ciclistas de diferentes agrupaciones se mantienen respaldando que se detengan posibles obras que pudieran estar destinadas a este sector, que se ha diseñado adecuándose a las necesidades de los deportistas extremos en esta disciplina.

“No a la destrucción”, generemos los cambios donde sean necesarios, las sendas y veredas que corredores y ciclistas disfrutamos a orillas del bordo deben ser respetadas.

Los más de 300 árboles que fueron derribados generaban oxígeno, eran refugio de aves e insectos, sobre todo, sus raíces sostenían la tierra para que la corriente del agua no la derrumbara.

La convocatoria para la comunidad matamorense para que abrace esta solicitud y se sume a detener el ecocidio en el bordo del río Bravo, uno de los pocos espacios recreativos y de sano esparcimiento.

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